El Consejo de Ministros da un primer visto bueno a la nueva ley que permite actividades con fines económicos en las grandes joyas de la naturaleza
Juana Viúdez 
Madrid
6 SEP 2013             
El Consejo de Ministros ha dado este viernes el visto bueno al anteproyecto de la nueva Ley de Parques Nacionales,
 una norma que abre la posibilidad de desarrollar actividades con fines 
económicos en los espacios con mayor nivel de protección ambiental del 
país, nuestras 15 joyas de la naturaleza. Entre esos posibles negocios 
que se podrán instalar cuando la norma esté en vigor se encuentra la navegación con usos turísticos en el parque de Monfragüe (Cáceres)
 o el vuelo sin motor, actividad que una disposición adicional permite 
excepcionalmente en el Parque Nacional de Guadarrama (Madrid).
La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáinz de Santamaría, ha 
asegurado que la norma, pendiente todavía de informes de distinta 
naturaleza, pretende reforzar la eficacia del papel del Estado, que 
podrá intervenir en la gestión de los Parques Nacionales,
 en manos de las Comunidades Autónomas, incluso de forma directa en el 
caso de “emergencia medioambiental”. El Gobierno del PP fija con esta 
norma que los Parques Nacionales futuros deben tener un mínimo de 25.000
 hectáreas en el momento en el que sean declarados y aunque se 
endurezcan los requisitos, una vez que reciba el visto bueno se 
agilizará su tramitación.
El documento se ha visto en el Consejo de Ministros en trámite de primera lectura, por lo que todavía está sujeto a cambios.
La caza es uno de los aspectos espinosos de la nueva ley de Parques 
Nacionales. Uno de los últimos borradores, del 11 de agosto, sigue 
considerándola una actividad incompatible con los usos de un Parque 
Nacional, pero se reserva la figura del control de poblaciones –en el 
que se matan animales- y que se viene utilizando para permitir la caza. 
Formaciones como Seo –BirdLife, Ecologistas en acción o WWF
 reclaman que se especifique en el documento que ese control de 
poblaciones solo podrán realizarlo técnicos del parque, y que no se deje
 en manos de cazadores.
El Gobierno también quiere dar mayor protagonismo a los propietarios 
de terrenos que forman parte de los Parques Nacionales. Los 
conservacionistas temen que ellos puedan hacer negocio con la caza. 
Según el texto, los particulares podrán “desarrollar actividades 
económicas y comerciales, en especial relacionadas con el uso público y 
el turismo rural”.
“El objetivo de los parques nacionales siempre ha sido la 
conservación y se está rompiendo esa regla”, opina Asunción Ruiz, 
directora ejecutiva de Seo-Bird Life. Juan Carlos del Olmo, de WWF, 
insiste en que hace falta una nueva ley para frenar la deriva actual, en
 la que la falta de coordinación entre parques está haciendo mella en la
 gestión de la red y reivindica la necesidad de que las comunidades 
autónomas rindan cuentas sobre los usos que dan a las partidas para 
Parques Nacionales, algo que no se hace. El Tribunal Constitucional ya 
estableció en 2004 y 2005 que la gestión de los parques correspondía a 
las comunidades autónomas y reservaba para la Administración general 
otras funciones. En Ecologistas en Acción vaticinan nuevas batallas 
judiciales.