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27 mayo, 2013

LA BRUCELOSIS ATACA DE NUEVO


La brucelosis alcanza niveles de todo un año y manda 72 vacas al matadero
La campaña de saneamiento detecta la bacteria en las reses de siete ganaderías.

A. Domingo | Redacción 27/05/2013

Los buenos resultados que arrojó la campaña del 2012 en lo que a casos de brucelosis se refiere en la cabaña ganadera de León se ven enturbiados por la positividad que se ha detectado hasta el momento. Si el miércoles pasado el director general de Producción Agropecuaria de la Junta, Jesús Gómez Sanz, explicaba que en León la enfermedad había aparecido en 8 explotaciones de las 1.878 controladas, los datos que se han podido contrastar hasta el momento revelan que en cinco localidades, todas ellas de la montaña oriental leonesa, las pruebas han obligado a inmovilizar las reses de siete ganaderos y al sacrificio de 45 reses y sus crías menores de un año si las tuvieran. Otras 27 vacas, del último caso conocido, están pendientes de su sacrificio. En total, los ganaderos pierden 72 ejemplares una vez muertas las últimas.

La inmovilización de estas ganaderías impide la venta de los animales, en estos casos, destinados a la producción de carne, y, por tanto, el cese de los ingresos para el ganadero hasta que se determine que la explotación ya no está afectada por la enfermedad. Los ganaderos manifiestan cierta sorpresa por los resultados, ya que no se produjo positividad en los últimos análisis, del otoño pasado.

Una zona limpia

Se da la circunstancia de que la brucelosis —una enfermedad que afecta al ganado, que la puede transmitir al ser humano (zoonosis)— brota ahora en Posada de Valdeón, en las pedanías de Santa Marina y Soto, un municipio que se había visto libre de ésta desde hacía años. Los ganaderos en activo recuerdan casos de su niñez. Las reses afectadas corresponden a ganaderos que ejercen la actividad pecuaria a título principal en régimen extensivo. En Soto de Valdeón las pruebas resultaron positivas en doce vacas, el mismo número de animales positivos que registró otra cabaña en Santa Marina, donde existen otros cuatro casos más. En esta localidad, las reses pertenecen a dos hermanos y pastan juntas, pero no han tenido contacto con las de Soto. Se trata de explotaciones ya grandes.

En Soto, Aitor Guerra, explicó que está pendiente de los análisis realizados a sus reses sacrificados, de los que dependerá el vaciado sanitario —la muerte de todos los animales— y que su rebaño compartía pastos con el de otros vecinos, «que no han dado positivo». Sus animales, de aptitud cárnica y raza asturiana de los valles, están en un cercado sin que pueda vender los terneros. En Santa Marina prefieren mantener el anonimato y guardar silencio, si bien uno de los afectados indica que en más de 25 años sus reses no habían pasado por esta situación.

En Liegos (Acebedo), Gerardo Alonso señala que en la explotación de su hermano la bacteria de la brucelosis se ha detectado en siete análisis y en ocho de sus animales. Con las 15 madres se sacrificaron 9 crías. Alonso manifestó que en el 2009 «tuvimos que realizar un vaciado sanitario y metimos vacas nuevas» por lo que no encuentra explicación a lo que ha sucedido. Hasta dentro de un mes, cuando se realicen nuevos análisis a los animales, ambas explotaciones estarán inmovilizadas.

En cuanto al resarcimiento del daño, los ganaderos reciben una ayuda de la Junta y una idemnización del seguro, pero Alonso añade que «la Junta paga cuando quiere y el seguro cubre al que lo tiene» y pide medidas con la tuberculosis: «Hay quien tiene 40 vacas de 400 y nadie le obliga a matar y si en una explotación la positividad se repitiera durante cuatro o cinco años deberían obligarle».

El caso más reciente y de mayor repercusión sanitaria y económica se ha producido en Prioro, en el que el número de animales positivos es de 27. El ganadero no quiso hablar de la situación. El de menor impacto fue el de Vegacerneja (Burón), con sólo dos vacas.