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13 julio, 2011

PROPUESTAS

miércoles 13 de julio de 2011
Niño Becerra propone cerrar los mercados y una amnistía fiscal

El economista Santiago Niño Becerra brinda once propuestas para afrontar el imparable deterioro de la economía mundial y dice que cada vez falta menos para que los Gobiernos asuman públicamente que el sistema tiene un cáncer terminal. En su artículo de La Carta de la Bolsa publica una lista con "lo que se tiene que hacer" aunque para los políticos y dirigentes no haya llegado el momento de actuar.

Según Niño Becerra, habría que empezar por una reunión de EEUU, la UE, China, Japón, Reino Unido y los países petroleros de Oriente Medio para hacer el diagnóstico y acordar el cierre de los mercados financieros del planeta durante un mes. Luego, habría que congelar los tipos de cambio y poner sobre la mesa toda la basura que las entidades financieras tienen dentro y fuera de sus balances, lo que desembocaría en la intervención sin miramientos de aquellas cuya situación sea inviable.

En seguida, habría que analizar una a una la deuda total de todo el sistema financiero y regular la oferta monetaria. Y a partir de ahí lanzar una ofensiva en toda regla, "a sangre y fuego", contra el fraude y los paraísos fiscales. Para ello se debería acordar una amnistía fiscal "total y completa".

Para continuar, y de forma inmediata, los países deberían realizar un análisis de la eficiencia del gasto bajo criterios técnicos y no políticos. "Que se casasen necesidades e ingresos, y plantillas también metiendo en el saco a los miembros de la función pública. ¿Por qué se ha de echar a la puta calle a una/un contratada/o eficiente y óptima/o y se ha de conservar a una/un funcionaria/o incompetente?".

Finalmente, el polémico economista apunta que habría que poner en orden los flujos de commodities "de forma que se cuadrasen disponibilidades y demandas necesarias" y acabar con la mafia de las agencias de calificación.

Pero "entre que se asume el cáncer, se piensa en las posibilidades, se pone en limpio una lista parecida a la que figura un poco más arriba, llega Navidad, nos comemos los turrones y nos vamos a enero", sostiene Becerra, que cree que el empeoramiento de la situación no se debe al default de Grecia, sino al reconocimiento de que las deudas que hasta ahora se acumulan son impagables.

"Lo mejor de todo es que pienso que se acabará haciendo, puede que no en ese orden, y sólo a partir del momento que se asuma el cáncer, lo que no sucederá hasta septiembre - octubre", sentencia Niño Becerra.

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull..

NO DEJES QUE TE INSULTEN, QUE NO TE LLAMEN BANKERO

Pixdaus

Enfrentarse a la crisis de la deuda en Europa
Damien Millet y Eric Toussaint, Viento Sur

Uno de los avatares de la crisis del sector financiero que comenzó en 2007 en Estados Unidos, y que se extendió como reguero de pólvora en Europa, es la energía que desplegaron los bancos del oeste europeo (sobre todo alemanes y franceses, [1] pero también belgas, neerlandeses, británicos, italianos, luxemburgueses, irlandeses…) para utilizar los fondos prestados o donados masivamente por la Reserva federal y el BCE. Con ellos lograron aumentar, entre 2007 y 2009, sus préstamos a varios países de la zona euro (Grecia, Irlanda, Portugal y España), de los que obtuvieron espléndidos beneficios producidos por unos altos tipos de interés. Como ejemplo: entre junio de 2007 (comienzo de la crisis de las subprime) y septiembre de 2008 (quiebra de Lehman Brothers), los préstamos bancarios privados de Europa occidental a Grecia habían aumentado en un 33 %, pasando de 120.000 millones a 160.000 millones de euros. Los banqueros de Europa occidental se dieron codazos para otorgar préstamos a la Periferia de la Unión Europea, que deseaba endeudarse. No contentos de arriesgarse en forma extravagante al otro lado del Atlántico en el mercado de las subprime con el dinero confiado por los ahorradores, repitieron la misma operación en Grecia, en Portugal, en España… Efectivamente, la pertenencia a la zona euro de algunos países de la Periferia convenció a los banqueros de los países del Oeste europeo de que los gobiernos, el BCE y la Comisión Europea los ayudarían en caso de problemas. Y no se equivocaron.

Cuando la zona euro fue sacudida por fuertes turbulencias, a partir de la primavera de 2010, el BCE prestaba con un interés ventajoso del 1 % a los bancos privados, que a su vez exigían a países como Grecia un interés netamente superior, entre el 4 y 5 % para préstamos a tres meses, y alrededor del 12 % para los títulos a 10 años. Los bancos y los otros inversores institucionales justificaron tales exigencias por el riesgo de cesación de pagos que pesaba sobre los llamados países de riesgo. Una amenaza tan fuerte que los tipos de interés aumentaron considerablemente: el préstamo concedido por el FMI y la Unión Europea a Irlanda en noviembre de 2010 alcanzaba el 6,7 %, contra el 5,2 % concedido a Grecia seis meses antes. En mayo de 2011, el tipo de interés para Grecia, para préstamos a 10 años, sobrepasaba el 16,5 %, lo que obligó a este país a tomar préstamos a tres o seis meses, o dirigirse al FMI o a otros países europeos. Desde entonces, el BCE debe garantizar las acreencias tenidas por los bancos privados comprándoles los títulos de los Estados… a los que, en principio tiene prohibido prestar directamente.

Para tratar de disminuir los riesgos, los bancos franceses disminuyeron en 2010 su exposición en Grecia, que se redujo en un 44 %, pasando de 27.000 millones a 15.000 millones de dólares. Los bancos alemanes efectuaron un movimiento similar: su exposición directa bajó un 60 % entre mayo de 2010 y febrero de 2011, pasando de 16.000 millones a 10.000 millones de dólares. Fueron el FMI, el BCE y los gobiernos europeos los que reemplazaron progresivamente a los bancos y otras entidades financieras privadas. El BCE posee en forma directa 66.000 millones de euros de títulos griegos (o sea, el 20 % de la deuda pública griega) que adquirió en el mercado secundario a los bancos. Aunque, hasta mayo de 2011, el FMI y algunos gobiernos europeos ya habían prestado 33.000 millones de euros, sus préstamos continuaron aumentando. Sin embargo esto no se detiene allí, el BCE aceptó de los bancos griegos 120.000 millones de euros en títulos de la deuda griega como garantías (colaterales) de préstamos que había otorgado con un tipo de interés del 1,25 %. El mismo procedimiento se reprodujo con Irlanda y Portugal.

Nos encontramos, por lo tanto, con todos los ingredientes de la gestión de la crisis de la deuda del Sur, mediante el Plan Brady. [2] A comienzos de la crisis que estalló en 1982, el FMI y los gobiernos de las grandes potencias, Estados Unidos y Gran Bretaña a la cabeza, fueron al rescate de los bancos privados del Norte que se habían arriesgado enormemente prestando, en forma compulsiva, a los países del Sur, sobre todo en América Latina. Cuando países como México se encontraron al borde de la cesación de pagos como resultado del efecto combinado del aumento de los tipos de interés y del descenso en los ingresos por exportaciones, el FMI y los países miembros del Club de París les concedieron préstamos con la condición de que continuaran reembolsando sus deudas y que aplicaran planes de austeridad (los famosos planes de ajuste estructural). Pero, como el endeudamiento del Sur aumentaba por el efecto de bola de nieve (como está pasando en este momento en Grecia, Irlanda, Portugal, y en otros países de la UE), pusieron en marcha el Plan Brady (llamado así por el secretario del Tesoro estadounidense de esa época) que implicó una reestructuración de la deuda de los principales países endeudados mediante un intercambio de títulos. El volumen de la deuda se redujo en un 30 % en ciertos casos y los nuevos títulos (los títulos Brady) garantizaron un tipo fijo de interés de cerca del 6 %, lo que fue muy favorable para los banqueros. Eso también aseguró la prosecución de las políticas de austeridad bajo el control del FMI y del Banco Mundial. Sin embargo, a largo plazo, el monto total de la deuda aumentó y las sumas a reembolsar fueron enormes. Si se tiene en cuenta sólo el saldo neto entre las sumas prestadas y las reembolsadas desde la implantación del Plan Brady, los países en desarrollo transfirieron a los acreedores el equivalente a más de seis planes Marshall, es decir cerca de 600.000 millones de dólares. ¿No se tendría que evitar que suceda algo similar? ¿Por qué se debe aceptar que los derechos económicos y sociales de los pueblos sean una vez más sacrificados en el altar de los banqueros y de otros actores de los mercados financieros?

Según los bancos de inversiones Morgan Stanley y J.P. Morgan, en mayo de 2011, los mercados consideraban que había un 70 % de probabilidad de que Grecia entrara en cesación de pagos, contra un 50 % de dos meses antes. El 7 de julio de 2011, Moody’s colocó a Portugal en la categoría de deudas de alto riesgo. Unos días después, los especuladores atacaban a Italia. Por lo tanto, tenemos una razón suplementaria para pedir la anulación: es necesario auditar las deudas, con participación ciudadana, con el fin de anular la parte ilegítima. Si no se toma esta opción, las víctimas de la crisis sufrirán a perpetuidad una doble condena en beneficio de los culpables, los banqueros. Se ve perfectamente en Grecia: las curas de austeridad se suceden sin que mejore la situación de las cuentas públicas. Pasará lo mismo con Portugal, Irlanda, España,... Una gran parte de la deuda es ilegítima puesto que proviene de una política que ha favorecido a una ínfima minoría de la población en detrimento de una aplastante mayoría de ciudadanos y ciudadanas.

En los países que firmaron acuerdos con la Troika, las nuevas deudas no son sólo ilegítimas sino también odiosas, y esto se debe a tres razones:
1) Los préstamos están plagados de condiciones que violan los derechos económicos y sociales de una gran parte de la población.
2) Los prestamistas hacen chantaje a esos países (no hay una verdadera autonomía de voluntad del que necesita el préstamo).
3) Los prestamistas se enriquecen en forma abusiva imponiendo tipos de interés prohibitivos (por ejemplo, Francia y Alemania toman préstamos al 2 % en los mercados financieros y prestan a más del 5 % a Grecia y a Irlanda; los bancos privados obtienen préstamos al 1,25 % del BCE, y prestan a Grecia, Irlanda, Portugal a más del 4 % a 3 meses). Estos países o los de Europa del Este (y fuera de la UE, países como Islandia), es decir aquellos que son sometidos al chantaje de los especuladores, del FMI y de otros organismos, como la Comisión Europea, conviene que recurran a una moratoria unilateral del reembolso de la deuda pública. Es un medio inevitable para conseguir crear una relación de fuerza favorable. Esta propuesta es cada vez más popular en los países más afectados por la crisis.

También, se debería efectuar, bajo control ciudadano, una auditoría de la deuda pública. El objetivo de la auditoría es conseguir una anulación /repudio de la parte ilegítima u odiosa de la deuda pública y reducir fuertemente lo que reste de deuda.

La reducción radical de la deuda pública es una condición necesaria pero no suficiente para que los países de la UE salgan de la crisis. Es necesario completarla con toda una serie de medidas de gran amplitud en los diferentes ámbitos (fiscalidad, transferencia de las finanzas al dominio público, resocialización de otros sectores claves de la economía, reducción del tiempo de trabajo con el mantenimiento de los salarios y contratación compensatoria, etc.). [3]

La flagrante injusticia que domina las políticas regresivas actualmente implantadas en Europa alimenta la poderosa movilización de indignados en España, en Grecia o en otros lados. Gracias a estos movimientos, que se inspiraron en los levantamientos populares de África del Norte y del Próximo Oriente, estamos viviendo una aceleración de la historia. La cuestión de la deuda pública debe ser afrontada de manera radical.


Traducido por Griselda Pinero
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Damien Millet es portavoz del CADTM Francia (www.cadtm.org), Eric Toussaint es presidente del CADTM Bélgica. Conjuntamente dirigieron la obra La deuda o la vida que será próximamente publicado por Icaria Editorial, Barcelona, en octubre de 2011.
[1]A fines de 2009, los banqueros alemanes y franceses poseían el 48% de los títulos de la deuda externa española (los bancos franceses el 24%), 48% de títulos de la deuda portuguesa (los bancos franceses el 30%) y el 41% de los títulos de la deuda griega (los franceses a la cabeza con el 26%).
[2] Eric Toussaint, Banco Mundial. El golpe de Estado permanente, El Viejo Topo, Mataró, 2007, capítulo 15.
[3] Véase http://www.cadtm.org/Ocho-propuestas-urgentes-para

LA CRISIS DE LA DEUDA EN CINCO PREGUNTAS

La crisis de la deuda en cinco preguntas
Ignacio Escolar @ 6:06 am
escolar.net

1. ¿Qué clase de unión inane tiene Europa cuando es incapaz de solucionar una crisis provocada por el rescate de un país tan pequeño como Grecia, que sólo supone el 2% del PIB europeo?

2. ¿Por qué se ponen condiciones leoninas para el rescate a los ciudadanos griegos (unos 110.000 millones en préstamos) y, sin embargo, fue incondicional el salvavidas lanzado a los banqueros europeos (311.400 millones en inyecciones directas de capital y un total de 3,7 billones de euros sobre la mesa, si contamos también avales, préstamos y otras ayudas)? ¿Por qué no se exigieron apenas “reformas estructurales” al irresponsable sector financiero?

3. Después de casi tres años de sacrificios para “calmar” –sin éxito– a los mercados, ¿qué más pruebas necesitamos de que esta política de la austeridad anoréxica no funciona? Si el problema fundamental es el miedo de los inversores a un impago por la falta de crecimiento, ¿cómo puede ser la solución una política de ajustes que congela el gasto público y, como consecuencia, gripa la recuperación de la economía?

4. ¿Cuántos “lunes negros” más son necesarios para que Angela Merkel afloje la mano y permita a la UE y al Banco Central Europeo hundir a los especuladores? ¿Harán falta dos nuevas Guerras Mundiales y otra gran depresión para recuperar la solidaridad europea?

5. Si, como dice el PP, la solución a la crisis de la deuda es tan simple como adelantar las elecciones y echar al Gobierno, ¿por qué Portugal, que convocó elecciones anticipadas y cambió un gobierno socialista por otro de derechas hace un mes y medio, es hoy un bono basura? ¿También tiene la culpa Zapatero (o Rubalcaba) de la situación de Italia?

LOS LOBBYS UN POCO MÁS DE CERCA

Reproducimos íntegramente el articulo de Antonio Morales, Alcalde de Agüimes en Gran Canaria, titulado “El insaciable oligopolio energético”. La verdad es que no tiene desperdicio.
http://www.ison21.es/2011/07/12/no-queriamos-caldo/

No es la primera vez que escribo sobre el lobby eléctrico, su tremendo poder y control sobre el Estado y sobre el sometimiento de la ciudadanía, indefensa, a sus desafueros. En distintas ocasiones he publicado diferentes textos acerca del enorme control que han ido adquiriendo estas empresas -muchas de ellas extranjeras e incluso de propiedad de otros Estados- sobre los partidos políticos y los gobiernos de turno, desde que fueran privatizadas en 1996 por José María Aznar, precursor de una política neoliberal que ahora nos asfixia. La imposición de los ciclos combinados, el ataque a las renovables y su lucha para reducir las primas a estas energías limpias (menos costosas que las que se pagan al gas o al carbón, por ejemplo), su larga batalla para frenar la democratización de la energía e impedir, entre otras, la generación cercana (que continúa frenada por el Gobierno español) no son sino unas cuantas muestras de su insaciabilidad.

No es la primera vez, por tanto, que comento las durísimas acusaciones que desde organizaciones de consumidores, la Comisión Nacional de la Energía o la Comisión Nacional de Competencia se han lanzado contra el oligopolio energético e, incluso, me he referido varias veces a las numerosas sanciones a las que han tenido que hacer frente por prácticas fraudulentas para enriquecerse ilícitamente a costa de los recibos de la luz o para forzar el aumento de las tarifas eléctricas de manera ficticia y fullera.

Pero al final todo queda en un mero desahogo, porque cada cierto tiempo las malas prácticas, el abuso a los consumidores, el ninguneo a los gobiernos y la claudicación de estos se reproducen vergonzosamente para timarnos a todos sin el menor recato. Y eso es lo que ha sucedido en los últimos días con la subida forzada del recibo de la luz a varios millones de hogares españoles. Con la aquiescencia del Gobierno, claro está.

En apenas veinticuatro meses la factura de los clientes de las eléctricas españolas se ha elevado por encima de un 50%; la penúltima subida fue de un 10% en el mes de enero pasado. Pues bien, a pesar de las múltiples promesas del ministro Sebastián de que ya no habrían más aumentos en esta legislatura, lo cierto es que hace unos días nos hemos vuelto a encontrar con otro incremento de un 1,5% del precio de la luz, nada más y nada menos porque a los señores del trust energético se les antojó y, además, realizando todas las trampas del mundo.

El pasado día 13 de mayo, la CNC, fruto de una investigación puesta en marcha en 2009, imponía a las eléctricas que actúan en España la mayor multa que se les ha inferido hasta la fecha. Así Endesa (26 millones), Iberdrola (21,6 millones), Gas Natural Fenosa, E.ON España e Hidroeléctrica del Cantábrico tendrán que apoquinar entre todas un total de 61 millones de euros “por prácticas de cártel”. También en estos momentos Competencia investiga que entre 2004 y 2008 estas empresas han acudido al mercado de restricciones de manera normalizada cuando es un mecanismo que solo se puede utilizar en casos de emergencia (cuando se produce una limitación de la capacidad de la red de transporte de energía por accidentes, tormentas, etc) pues el precio retribuido es mucho más alto y así elevan torticeramente las tarifas produciéndoles miles de millones de euros de ganancias. Igualmente, el organismo de control de la competencia en España se propone comunicar a Bruselas y sancionar a las eléctricas por convertir en papel mojado y obstaculizar “con una estrategia de coordinación” el proceso de liberalización del suministro de energía a los clientes, a pesar de que el Tribunal supremo ha anulado recientemente el Real Decreto que otorgaba exclusividad, a través de la Tarifa de Último Recurso (TUR) a las cinco grandes eléctricas que operan en España.

También la CNE advertía, a principios de junio de este año, sobre “determinados comportamientos encaminados a elevar el precio del mercado de la electricidad” que consistiría en dejar de producir con renovables, en los días de la subasta que marca los precios, para insistir en las térmicas de gas y carbón, mucho más caras. Esta comisión reguladora ha iniciado un expediente sancionador al contemplar “con preocupación la evolución del coste de la electricidad, porque los precios en las horas valle se están nivelando con los de las horas punta, creando una señal distorsionada a la eficiencia de cara al consumidor”. Paradójicamente, algunas de estas empresas nos esquilman para llevarse el dinero de España porque son propiedad de estados extranjeros como Alemania (E.ON) o Italia (Endesa).

Pura estafa y nada más que estafa ante nuestros ojos con la complicidad de los que tienen que atajarla. Me refiero al Gobierno, a la oposición, al Parlamento… Y encima a estos jetas no se les ocurre otra cosa que afirmar hace unos días, por mediación de Eduardo Montes, el presidente de la patronal Asociación Española de la Industria Eléctrica (Unesa), que “no me atrevería a decir cuánto, pero estoy convencido de que el Gobierno deberá subir más los peajes de la electricidad para corregir el problema del déficit de tarifa”. También los italianos de Endesa han vuelto a insistir, con toda la cara del mundo, en que se debe subir un 20% más la parte regulada del recibo y, al tiempo, anuncian culminar antes de 2015 las bajas voluntarias incentivadas de 3.600 trabajadores –que pagaremos todos- para que su plantilla no tenga por esas fechas a nadie de más de 60 años.

Y claro, mientras tanto, asistimos impertérritos a la noticia de que el Ibex ganó la semana pasada un 7%; que 21 empresas (algunas eléctricas) del Ibex tiene filiales en paraísos fiscales; que el sueldo medio de los consejeros ejecutivos y principales directivos de estas empresas superó el millón de euros en 2010; que los emolumentos de sus grandes directivos han pasado de 40 a 400 veces el salario medio; que Endesa pagará 1077 millones de dividendo e Iberdrola repartirá 55 millones entre 350 directivos; que las 35 empresas más importantes del Ibex han ganado 49.881 millones de euros, un 24,5% más que el año anterior; que Endesa ganó en el último año 4.129 millones (un 20% más), Iberdrola 2.780 millones y Gas Natural Fenosa 1.201 millones.

Y entonces ¿por qué la señora ministra Salgado, en vez de poner –como se hace en otros países europeos- un impuesto especial a las eléctricas que ganan tanto nos vuelve a subir la electricidad en un 1,5%, el gas natural en un 5,7% y el butano en un 5,7% en contra de la opinión de otros ministros como Sebastián, Pajín, Gómez o Aguilar? ¿Tendrá que ver acaso que Pedro Solbes, Miguel Roca y José María Aznar son consejeros de Endesa- Enel, que Felipe González y Narcís Serra lo son a su vez de Gas Natural Fenosa, que Miguel Boyer lo es de Red Eléctrica, que Josep Borrell pertenece a Abengoa, que Josu Jon Imaz es presidente de Petronor, que el expresidente valenciano del PP José Luis Olivas es consejero de Iberdrola, o que Luis Carlos Croissier es consejero de Repsol, etc, etc…?

Claro que, para rematar la jugada, nos enteramos esta misma semana por el INE que el ahorro familiar se desplomó en el primer trimestre de este año colocándose en un 4,4% de su renta disponible, casi la mitad que en el mismo periodo del año pasado (8,1%) y que con respecto al cuarto trimestre de 2010, la tasa de ahorro de los hogares españoles se ha desplomado en quince puntos. Unos tanto y otros tan poco. Como ven, pura equidad e igualdad. La propia de un sistema democrático, como debe ser.