En línea recta, de La Robla a Aguilar de Campoo hay 140 kilómetros y, según la guía Campsa, se tardan dos horas y cuarto. El dato es, por sí mismo, demoledor para un proyecto de ordenación del territorio que nació sin tener en cuenta la opinión de los pueblos afectados, donde además una empresa contratada copió datos de internet y que no resuelve para nada el objetivo que supuestamente persigue: la mejora de los servicios públicos en la Montaña Central y Oriental Leonesa y también en la Montaña Palentina. Castilla y León necesita un proyecto territorial, pero, por unas u otras razones, cada vez que se plantea cae en los mismos errores. Ordenar esta comunidad, que es más grande que Portugal, debe ser ante todo racional. Nadie se opone a que el desarrollo de la futura estación de esquí de San Glorio beneficie también a Palencia, pero tampoco se puede primar a Guardo y Aguilar de Campoo sobre Riaño, Cistierna, Pola de Gordón o La Robla. Castilla y León necesita definir un modelo territorial que supere los límites provinciales, pero no puede permitirse más ensayos. Las DOT de la Montaña deben ser retiradas. No resuelven los problemas. Por lo visto hasta ahora, sólo aportan más pólvora para históricas rivalidades locales y ‘frentismo’ político. Distinguir entre cabeceras de comarca sólo en función de la población es un error de libro.
1 comentario:
Que se resolverán a final de año dice el periódico. Otro añito al suma y sigue...Ahora lo van a ir alargando hasta que la burbuja inmobiliaria se vuelva a inflar. Que bien.Que buenas son las madres teresianas, que buenas son que nos llevan de excursión.
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