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07 febrero, 2010

DIARIO DE LEÓN: MEGALITISMO EN LA MONTAÑA DE RIAÑO



Aparecen dos monumentos megalíticos en una majada de la Montaña de Riaño
El conocido como «Prao Escobio», en Acebedo, oculta «crómlech» o círculos de piedras similares a los existentes en la Bretaña francesa o el País Vasco, que aún no han sido catalogados ni estudiados a fondo.
07/02/2010 e. gancedo | león
No faltan los libros que afirman que en León no existen o no han aparecido aún grandes monumentos megalíticos como dólmenes o menhires, algo que resulta extraño sobre todo si se tiene en cuenta que estos sorprendentes legados de la Prehistoria pueden encontrarse en varios puntos de la cornisa cantábrica, especialmente en Cantabria y el País Vasco. Por eso, el arco montañoso leonés no había deparado hasta ahora un descubrimiento público como el que ha realizado el riañés Miguel Ángel Valladares: dos círculos concéntricos de piedras, muchas hincadas en el suelo, hallados en el llamado Prao Escobio de Acebedo, ubicado a más de 1.400 metros de altura.

La divulgación de estos posibles monumentos megalíticos fue realizada por Valladares a través de las páginas del número 24 de la Revista comarcal de Riaño, y en ellas reclamaba la atención de las instituciones para el estudio, catalogación, datación, protección y puesta en valor de estos hallazgos. Este vecino de la capital de la Montaña Oriental recalcó al Diario su condición de aficionado a la Historia y a la Arqueología, y por tanto, solicita una investigación exhaustiva en el paraje para que sean los expertos quienes determinen su exacto valor y antigüedad.

No obstante, el aspecto es plenamente coincidente con los crómlech (nombre técnico de estos círculos) de valles cantábricos de Álava y Navarra, y también de los más conocidos, los británicos y bretones (de la Bretaña francesa). Valladares explicó que representantes de la Diputación y de la Universidad de León acudieron a la zona para conocer in situ estos «presuntos» monumentos aunque no parece que hayan regresado ni emprendido una labor profunda de medición y estudio de los mismos.

En concreto, tal y como explica Valladares, se trata de dos círculos, el más grande de 22 metros de diámetro y unos 385 metros cuadrados de superficie -”con una gran laja arenisca de 1,20 metros a la vista, y un grosor de 25 centímetros, donde se aprecian signos grabados-” y otro más pequeño, parcialmente destruido y cubierto de vegetación, con un diámetro de 14 metros y un área aproximada de 177 metros cuadrados.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tendremos mucha suerte si no lo roturan y lo plantan de pinos.

Anónimo dijo...

Hay un invernal de vacas al lado configurando una arquitectura,que manda huevos.Preguntar al artífice de semejante contraste en alta montaña.