«Luna» y «Ponderoso» obtienen los papeles para ser evacuados de la jaula en la que viven desde hace 17 años.
21/02/2010 marco romero | león. Diario de León.
Luna y Ponderoso ya son algo más libres. Los dos osos enjaulados en el Coto Escolar de la capital leonesa han conseguido, después de muchos años, el beneplácito de la Secretaría de Estado de Comercio para ser trasladados de forma excepcional a otro lugar que mejore sus condiciones de vida, algo que no será muy difícil teniendo en cuenta que su espacio vital se reduce desde hace unos 17 años a 600 metros cuadrados localizados en un entorno urbano. El Ayuntamiento de León busca ahora zoos o núcleos zoólogicos del país para ceder los dos ejemplares, pero está germinando en León una idea compartida por administración, científicos y grupos conservacionistas para crear en la montaña oriental leonesa un cercado osero con fines turísticos y de sensibilización ambiental que albergue a los extraordinarios plantígrados, menos ambicioso pero algo similar a la Casa del Oso de Asturias, donde Paca y Tola atraen cada año a 80.000 visitantes.
La opción que baraja la Concejalía del Coto Escolar para llevar a los osos es el zoo de Córdoba, donde el edil responsable, Agustín Pérez Lamo, se trasladará en las próximas semanas para conocer las instalaciones. También se barajan opciones como un reducto ecológico de Cantabria que no es Cabárceno y un espacio natural del norte de Portugal. Sin embargo, conocida la liberación administrativa de Luna y Ponderoso , la respuesta de los agentes políticos y sociales más vinculados a la conservación del oso pardo en la Cordillera Cantábrica ha sido unánime. La Junta de Castilla y León considera viable, a priori, la opción de desarrollar un proyecto de educación ambiental y desarrollo rural en la montaña de Riaño, zona de osos en libertad y cuyos habitantes llevan años reclamando alternativas sostenibles con impacto económico. Además de gestionar toda la montaña oriental a través del parque regional y las reservas de caza, la Administración autonómica gestiona desde hace años un millonario plan de desarrollo de la montaña oriental leonesa, en donde Riaño pretende ser reimpulsada como eje turístico de todo el entorno. La idea de construir un cercado osero en esta zona es igualmente aplaudida por entidades como la Fundación Oso Pardo, la Universidad de León o la Fundación Oso de Asturias.
Lo único que se sabe de Luna y Ponderoso es que ninguno es oso pardo cantábrico puro. De hecho, la desaparición de sus certificados de origen ha sido un quebradero de cabeza durante los casi 20 años que han pasado desde que los ejemplares llegaran al Coto Escolar de una forma «relativamente desconocida», admite Agustín Pérez Lamo. La inexistencia de estos papeles ha impedido la realización de análisis de ADN y otros estudios que permitan verificar su origen. También ha bloqueado cualquier permiso para ser trasladados desde las instalaciones que el Ayuntamiento de León tiene en el entorno de las confluencias de los ríos Bernesga y Torío. Lo más probable, según el seguimiento veterinario que realizan los técnicos municipales, es que los osos pardos sean de origen euroasiático.
Por esta razón, el aprovechamiento de Luna y Ponderoso como recurso turístico, sin ambiciones científicas, en una zona que requiere proyectos de desarrollo sostenible resulta más que atractiva. El Ministerio de Industria, Comercio y Turismo ha estudiado el caso y está dispuesto a aplicar alguna de las excepciones que contempla la normativa para otorgar a los plantígrados del Coto Escolar una autorización que posibilite su traslado. Toda actividad relacionada con los animales en peligro de extinción, caso del oso pardo, está sometida al Convenio sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna Silvestre, que pretende preservar la conservación de las especies controlando cualquier movimiento.
Cambio de suerte. En junio del año pasado, la Concejalía responsable del Coto Escolar puso en conocimiento de las autoridades estatales la situación de Luna y Ponderoso y solicitaba la posibilidad de su traslado a un hábitat más idóneo. El envío de documentación resultó insuficiente puesto que el denominado certificado Cites, una especie de salvoconducto, requiere los papeles de origen de los plantígrados, algo que el Ayuntamiento no tiene. Tanto en los archivos municipales como en los del Coto Escolar, la referencia que existe a Luna y Ponderoso es un papel con el texto: «Una osa, un millón». «Lo único seguro es que Seguros Santa Lucía la compró y la donó al Coto Escolar», afirma Pérez Lamo. Haciendo memoria, la actual directora de las instalaciones, Raquel Martínez, recuerda que el macho fue trasladado en 1992 desde el frustrado zoológico de Valladolid. «Cuando se cerró, decidieron traerlo aquí. No sabemos la razón».
Lo último. Durante los últimos días se han producido varios contactos entre el Ayuntamiento y la Secretaría de Estado de Comercio, que está dispuesta no sólo a autorizar el transporte, sino también a facilitar las gestiones para que Luna y Ponderoso dejen de ser dos sin papeles . Éste es el departamento que emite los documentos para certificar dentro de la Unión Europea las excepciones a las prohibiciones que establece su normativa.
A tenor de un reglamento de 1997, están totalmente prohibidas las actividades comerciales como la compra, oferta de compra, adquisición, exposición al público con fines comerciales, así como la utilización con fines lucrativos y la venta, la puesta en venta, el transporte o la tenencia para la venta de especímenes de especies. Sin embargo, se pueden conceder excepciones, estudiadas caso por caso, para expedir lo que se denomina un certificado comunitario, en el que se indican las actividades que pueden realizarse con los especímenes en determinados supuestos. Por ejemplo, trasladar un oso pardo que procede de la cría en cautividad o que ha sido adquirido
La opción que baraja la Concejalía del Coto Escolar para llevar a los osos es el zoo de Córdoba, donde el edil responsable, Agustín Pérez Lamo, se trasladará en las próximas semanas para conocer las instalaciones. También se barajan opciones como un reducto ecológico de Cantabria que no es Cabárceno y un espacio natural del norte de Portugal. Sin embargo, conocida la liberación administrativa de Luna y Ponderoso , la respuesta de los agentes políticos y sociales más vinculados a la conservación del oso pardo en la Cordillera Cantábrica ha sido unánime. La Junta de Castilla y León considera viable, a priori, la opción de desarrollar un proyecto de educación ambiental y desarrollo rural en la montaña de Riaño, zona de osos en libertad y cuyos habitantes llevan años reclamando alternativas sostenibles con impacto económico. Además de gestionar toda la montaña oriental a través del parque regional y las reservas de caza, la Administración autonómica gestiona desde hace años un millonario plan de desarrollo de la montaña oriental leonesa, en donde Riaño pretende ser reimpulsada como eje turístico de todo el entorno. La idea de construir un cercado osero en esta zona es igualmente aplaudida por entidades como la Fundación Oso Pardo, la Universidad de León o la Fundación Oso de Asturias.
Lo único que se sabe de Luna y Ponderoso es que ninguno es oso pardo cantábrico puro. De hecho, la desaparición de sus certificados de origen ha sido un quebradero de cabeza durante los casi 20 años que han pasado desde que los ejemplares llegaran al Coto Escolar de una forma «relativamente desconocida», admite Agustín Pérez Lamo. La inexistencia de estos papeles ha impedido la realización de análisis de ADN y otros estudios que permitan verificar su origen. También ha bloqueado cualquier permiso para ser trasladados desde las instalaciones que el Ayuntamiento de León tiene en el entorno de las confluencias de los ríos Bernesga y Torío. Lo más probable, según el seguimiento veterinario que realizan los técnicos municipales, es que los osos pardos sean de origen euroasiático.
Por esta razón, el aprovechamiento de Luna y Ponderoso como recurso turístico, sin ambiciones científicas, en una zona que requiere proyectos de desarrollo sostenible resulta más que atractiva. El Ministerio de Industria, Comercio y Turismo ha estudiado el caso y está dispuesto a aplicar alguna de las excepciones que contempla la normativa para otorgar a los plantígrados del Coto Escolar una autorización que posibilite su traslado. Toda actividad relacionada con los animales en peligro de extinción, caso del oso pardo, está sometida al Convenio sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna Silvestre, que pretende preservar la conservación de las especies controlando cualquier movimiento.
Cambio de suerte. En junio del año pasado, la Concejalía responsable del Coto Escolar puso en conocimiento de las autoridades estatales la situación de Luna y Ponderoso y solicitaba la posibilidad de su traslado a un hábitat más idóneo. El envío de documentación resultó insuficiente puesto que el denominado certificado Cites, una especie de salvoconducto, requiere los papeles de origen de los plantígrados, algo que el Ayuntamiento no tiene. Tanto en los archivos municipales como en los del Coto Escolar, la referencia que existe a Luna y Ponderoso es un papel con el texto: «Una osa, un millón». «Lo único seguro es que Seguros Santa Lucía la compró y la donó al Coto Escolar», afirma Pérez Lamo. Haciendo memoria, la actual directora de las instalaciones, Raquel Martínez, recuerda que el macho fue trasladado en 1992 desde el frustrado zoológico de Valladolid. «Cuando se cerró, decidieron traerlo aquí. No sabemos la razón».
Lo último. Durante los últimos días se han producido varios contactos entre el Ayuntamiento y la Secretaría de Estado de Comercio, que está dispuesta no sólo a autorizar el transporte, sino también a facilitar las gestiones para que Luna y Ponderoso dejen de ser dos sin papeles . Éste es el departamento que emite los documentos para certificar dentro de la Unión Europea las excepciones a las prohibiciones que establece su normativa.
A tenor de un reglamento de 1997, están totalmente prohibidas las actividades comerciales como la compra, oferta de compra, adquisición, exposición al público con fines comerciales, así como la utilización con fines lucrativos y la venta, la puesta en venta, el transporte o la tenencia para la venta de especímenes de especies. Sin embargo, se pueden conceder excepciones, estudiadas caso por caso, para expedir lo que se denomina un certificado comunitario, en el que se indican las actividades que pueden realizarse con los especímenes en determinados supuestos. Por ejemplo, trasladar un oso pardo que procede de la cría en cautividad o que ha sido adquirido
1 comentario:
Que no los traigan que como venga a cazar el de excopesa les pega un tiro. En el retiro estarían más seguros.
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