Los economistas César Rodríguez y Juan F. Canal, premiados por el CES, auguran que la recuperación del empleo llevará mucho tiempo en Asturias y en toda España
04.05.2014 | 01:10
César Rodríguez, a la izquierda, y Juan F. Canal, tras recoger el premio de investigación del CES, el pasado martes, en Oviedo.
Nacho Orejas
Oviedo, Marián MARTÍNEZ
lne.es
La tendencia del mercado laboral asturiano "empieza" a ser positiva por primera vez desde el segundo trimestre de 2008. Sin embargo, la recuperación del empleo será una tarea ardua, llevará mucho tiempo y la reforma laboral no ayudará. Es el diagnóstico de los economistas César Rodríguez y Juan Francisco Canal, ambos profesores de la Universidad de Oviedo, autores de un trabajo que acaba de ser premiado por el Consejo Económico y Social del Principado. Titulado "Protección por desempleo y duración del paro en tiempo de crisis: el caso de Asturias", se trata de un proyecto de investigación que analiza la influencia de las prestaciones de desempleo y su cuantía en la búsqueda de trabajo en el transcurso de una grave crisis económica como la actual.
Con los resultados de esa investigación y los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), los profesores Rodríguez y Canal esbozan una radiografía del mercado laboral asturiano y nacional, "porque no se puede separar uno del otro". Algunas de sus reflexiones se sintetizan en los siguientes puntos.
Asturias y España. La demanda de trabajo es derivada de la demanda de producto, y España está en pleno proceso de reorientación de su actividad productiva, tras la práctica desaparición del sector de la construcción, que llegó a suponer un 13% del empleo de la economía española. Así que encontrar trabajo seguirá siendo una misión difícil. Poniendo el foco sobre Asturias, Rodríguez y Canal observan indicios de un cambio de tendencia, en alusión al hecho de que, como refleja la EPA, la dinámica de destrucción de empleo ha ido frenándose en el último año.
Pero la citada encuesta, conocida esta semana, sigue mostrando sombras evidentes. "Baja la tasa de paro pero a costa de destruir activos. No veo la alegría de la cifra", asevera Canal sobe los resultados referidos al primer trimestre de 2014. Los datos de España, con 185.00 empleos destruidos en tres meses, son malos, y también los de Asturias: de un trimestre para otro hubo 1.400 parados más y 5.100 ocupados menos, se han perdido 3.700 activos y los inactivos aumentaron en 1.700. Y la población ha bajado en 2.200, en números redondos. Ahí están los que fallecen y los que se van, que son inmigrantes que retornan a sus países y jóvenes cualificados que buscan un empleo", resume el profesor.
La austeridad. España se vio afectada por dos crisis que coincidieron en el tiempo: la financiera, de ámbito global, y la inmobiliaria, de carácter particular en algunos países de Europa y en los Estados Unidos. Comparando España y la potencia norteamericana, "la evolución del paro en los dos países fue similar en los tres primeros años de la crisis. Las líneas que muestran la evolución del desempleo partiendo de una base común de comparación prácticamente se superponen, habiéndose duplicado el número de parados en ambos casos", explica César Rodríguez. Pero Estados Unidos decidió en 2011 dar un giro a su política monetaria y fiscal, y en lugar de apostar por la austeridad y los recortes, lo hizo por la expansión, al contrario de lo que ocurrió en Europa, "donde no se cree en el efecto multiplicador del gasto público. El resultado es que a Alemania, que dicta la política económica en Europa, le va bien porque sólo sufrió la crisis financiera, que ya superó", argumentan los economistas. El país de Angela Merkel está en niveles de empleo máximos y con una tasa de paro muy baja, por lo que "le conviene una política no expansiva que no recaliente su economía; de ahí los frenos", expone César Rodríguez, también director del departamento de Economía de la Universidad de Oviedo. En cambio, los países que sufrieron la doble crisis, como España, se ven condenados a excesivas tasas de paro mientras se reconvierte su sistema productivo, lo que tarda años en producirse.
Empleo temporal y el fijo. Al igual que antes de la crisis, sólo una pequeña proporción de los nuevos contratos que se firman tiene carácter indefinido (menos del 5%). El resto de trabajadores transita por los contratos temporales. Aun así, la tasa de temporalidad (porcentaje de temporales sobre el total de asalariados) es inferior a la que había antes de la crisis. Así, en el primer trimestre del año 2007 la temporalidad en España era del 31,8%, mientras que en el trimestre pasado había descendido al 23,1%. En el caso de Asturias, se pasó de un 29,5% a un 23,3%, según la EPA. ¿Qué está ocurriendo? "Lo primero que hicieron las empresas para ajustar fue despedir a los eventuales, que eran los más baratos. Luego a los fijos. Ahora hay mucha rotación de temporales. Además, hay una tendencia a cambiar al personal de más edad, que acumula complementos por antigüedad y que, por tanto, son más caros, por trabajadores jóvenes, más baratos", explican los profesores. Añaden que otro fenómeno que empieza a ser frecuentes es el de algunas empresas que despiden a trabajadores a los que luego se proporciona actividad si se dan de alta como autónomos, lo que también explicaría en parte el incremento del número de trabajadores por cuenta propia.
La reforma laboral. "Ha generado importantes agravios para determinados colectivos", asevera César Rodríguez. Y destaca uno en concreto: los mayores de 52 años. Con la anterior legislación existía a partir de esa edad un subsidio indefinido hasta la jubilación, lo que permitía a muchos afectados pagar la Seguridad Social hasta entonces y mantener su base de cotización. Con la reforma, la edad se ha elevado a 55 años y el subsidio depende de los ingresos familiares, que tienen que ser muy bajos. "Para muchas familias es un drama, porque ni tienen trabajo, ni opciones de tenerlo, y además les resulta muy costoso asumir un convenio especial con la Seguridad Social, con lo que su jubilación también será mínima", explica el profesor.
Las prestaciones. Uno de los cambios en la legislación laboral recortó la prestación por desempleo a partir del sexto mes apoyándose en la teoría de que su percepción desincentiva la búsqueda de trabajo. La Fundación de Estudios de Economía Aplicada, que dirige el economista asturiano Ángel de la Fuente, ha insistido últimamente en que el cobro de subsidios frena la búsqueda y aceptación de empleos de baja calidad. Pero César Rodríguez y Juan Francisco Canal concluyen en su estudio -realizado a partir de una muestra de parados asturianos durante el período 2009-2012, cuando la tasa del paro en Asturias era del 22% y del 25% en España- que tal afirmación carece de base empírica en el momento actual.
Tras su análisis del mercado laboral, Rodríguez y Canal aseguran que las diferencias más importantes en las tasas de salida del paro en función de que se perciba o no prestación "se revelan en los tres primeros meses, pero especialmente en el primero, en el que los que no reciben prestaciones tienen tasas de salida muy superiores. Posteriormente, las conductas tienden a igualarse".
Donde surgen las diferencias es en el tipo de contrato al que se accede. Así, afirman los profesores, "los parados que consiguen contratos fijos y que no cobran prestación tienen una mayor tasa de salida durante el primer mes de paro. Sin embargo, a partir del segundo y hasta el sexto mes, son los trabajadores temporales los que presentan mayores tasas". Y añaden: "al contrario de lo que cabría suponer, el hecho de recibir una prestación por desempleo aumenta de manera significativa la tasa de salida del desempleo en el caso de los parados que acceden a un contrato fijo entre el sexto y el decimoctavo mes de paro".
César Rodríguez explica que "cuando el ciclo económico es expansivo y la tasa de paro se acerca a valores mínimos -por ejemplo, del 7%, como llegó a ocurrir en España en 2007-, el individuo sabe que es fácil encontrar trabajo al finalizar el período de prestación y quizás en esos momentos el hecho de cobrarla pueda desincentivar la búsqueda de empleo. Pero no es, desde luego, el caso actual de España. Con tasas de paro del 25%, lo que hacen los demandantes de trabajo es tratar de salir del desempleo lo antes posible utilizando el subsidio para financiar el proceso de búsqueda de trabajo y hacerlo más eficiente, intentando encontrar una ocupación acorde a su nivel de cualificación. Sólo cuando pasan los meses y no encuentran ese empleo, aceptan otro de características y salarios inferiores a las previstas". Otro dato: "los que tienen prestaciones largas, no la suelen agotar".
lne.es
La tendencia del mercado laboral asturiano "empieza" a ser positiva por primera vez desde el segundo trimestre de 2008. Sin embargo, la recuperación del empleo será una tarea ardua, llevará mucho tiempo y la reforma laboral no ayudará. Es el diagnóstico de los economistas César Rodríguez y Juan Francisco Canal, ambos profesores de la Universidad de Oviedo, autores de un trabajo que acaba de ser premiado por el Consejo Económico y Social del Principado. Titulado "Protección por desempleo y duración del paro en tiempo de crisis: el caso de Asturias", se trata de un proyecto de investigación que analiza la influencia de las prestaciones de desempleo y su cuantía en la búsqueda de trabajo en el transcurso de una grave crisis económica como la actual.
Con los resultados de esa investigación y los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), los profesores Rodríguez y Canal esbozan una radiografía del mercado laboral asturiano y nacional, "porque no se puede separar uno del otro". Algunas de sus reflexiones se sintetizan en los siguientes puntos.
Asturias y España. La demanda de trabajo es derivada de la demanda de producto, y España está en pleno proceso de reorientación de su actividad productiva, tras la práctica desaparición del sector de la construcción, que llegó a suponer un 13% del empleo de la economía española. Así que encontrar trabajo seguirá siendo una misión difícil. Poniendo el foco sobre Asturias, Rodríguez y Canal observan indicios de un cambio de tendencia, en alusión al hecho de que, como refleja la EPA, la dinámica de destrucción de empleo ha ido frenándose en el último año.
Pero la citada encuesta, conocida esta semana, sigue mostrando sombras evidentes. "Baja la tasa de paro pero a costa de destruir activos. No veo la alegría de la cifra", asevera Canal sobe los resultados referidos al primer trimestre de 2014. Los datos de España, con 185.00 empleos destruidos en tres meses, son malos, y también los de Asturias: de un trimestre para otro hubo 1.400 parados más y 5.100 ocupados menos, se han perdido 3.700 activos y los inactivos aumentaron en 1.700. Y la población ha bajado en 2.200, en números redondos. Ahí están los que fallecen y los que se van, que son inmigrantes que retornan a sus países y jóvenes cualificados que buscan un empleo", resume el profesor.
La austeridad. España se vio afectada por dos crisis que coincidieron en el tiempo: la financiera, de ámbito global, y la inmobiliaria, de carácter particular en algunos países de Europa y en los Estados Unidos. Comparando España y la potencia norteamericana, "la evolución del paro en los dos países fue similar en los tres primeros años de la crisis. Las líneas que muestran la evolución del desempleo partiendo de una base común de comparación prácticamente se superponen, habiéndose duplicado el número de parados en ambos casos", explica César Rodríguez. Pero Estados Unidos decidió en 2011 dar un giro a su política monetaria y fiscal, y en lugar de apostar por la austeridad y los recortes, lo hizo por la expansión, al contrario de lo que ocurrió en Europa, "donde no se cree en el efecto multiplicador del gasto público. El resultado es que a Alemania, que dicta la política económica en Europa, le va bien porque sólo sufrió la crisis financiera, que ya superó", argumentan los economistas. El país de Angela Merkel está en niveles de empleo máximos y con una tasa de paro muy baja, por lo que "le conviene una política no expansiva que no recaliente su economía; de ahí los frenos", expone César Rodríguez, también director del departamento de Economía de la Universidad de Oviedo. En cambio, los países que sufrieron la doble crisis, como España, se ven condenados a excesivas tasas de paro mientras se reconvierte su sistema productivo, lo que tarda años en producirse.
Empleo temporal y el fijo. Al igual que antes de la crisis, sólo una pequeña proporción de los nuevos contratos que se firman tiene carácter indefinido (menos del 5%). El resto de trabajadores transita por los contratos temporales. Aun así, la tasa de temporalidad (porcentaje de temporales sobre el total de asalariados) es inferior a la que había antes de la crisis. Así, en el primer trimestre del año 2007 la temporalidad en España era del 31,8%, mientras que en el trimestre pasado había descendido al 23,1%. En el caso de Asturias, se pasó de un 29,5% a un 23,3%, según la EPA. ¿Qué está ocurriendo? "Lo primero que hicieron las empresas para ajustar fue despedir a los eventuales, que eran los más baratos. Luego a los fijos. Ahora hay mucha rotación de temporales. Además, hay una tendencia a cambiar al personal de más edad, que acumula complementos por antigüedad y que, por tanto, son más caros, por trabajadores jóvenes, más baratos", explican los profesores. Añaden que otro fenómeno que empieza a ser frecuentes es el de algunas empresas que despiden a trabajadores a los que luego se proporciona actividad si se dan de alta como autónomos, lo que también explicaría en parte el incremento del número de trabajadores por cuenta propia.
La reforma laboral. "Ha generado importantes agravios para determinados colectivos", asevera César Rodríguez. Y destaca uno en concreto: los mayores de 52 años. Con la anterior legislación existía a partir de esa edad un subsidio indefinido hasta la jubilación, lo que permitía a muchos afectados pagar la Seguridad Social hasta entonces y mantener su base de cotización. Con la reforma, la edad se ha elevado a 55 años y el subsidio depende de los ingresos familiares, que tienen que ser muy bajos. "Para muchas familias es un drama, porque ni tienen trabajo, ni opciones de tenerlo, y además les resulta muy costoso asumir un convenio especial con la Seguridad Social, con lo que su jubilación también será mínima", explica el profesor.
Las prestaciones. Uno de los cambios en la legislación laboral recortó la prestación por desempleo a partir del sexto mes apoyándose en la teoría de que su percepción desincentiva la búsqueda de trabajo. La Fundación de Estudios de Economía Aplicada, que dirige el economista asturiano Ángel de la Fuente, ha insistido últimamente en que el cobro de subsidios frena la búsqueda y aceptación de empleos de baja calidad. Pero César Rodríguez y Juan Francisco Canal concluyen en su estudio -realizado a partir de una muestra de parados asturianos durante el período 2009-2012, cuando la tasa del paro en Asturias era del 22% y del 25% en España- que tal afirmación carece de base empírica en el momento actual.
Tras su análisis del mercado laboral, Rodríguez y Canal aseguran que las diferencias más importantes en las tasas de salida del paro en función de que se perciba o no prestación "se revelan en los tres primeros meses, pero especialmente en el primero, en el que los que no reciben prestaciones tienen tasas de salida muy superiores. Posteriormente, las conductas tienden a igualarse".
Donde surgen las diferencias es en el tipo de contrato al que se accede. Así, afirman los profesores, "los parados que consiguen contratos fijos y que no cobran prestación tienen una mayor tasa de salida durante el primer mes de paro. Sin embargo, a partir del segundo y hasta el sexto mes, son los trabajadores temporales los que presentan mayores tasas". Y añaden: "al contrario de lo que cabría suponer, el hecho de recibir una prestación por desempleo aumenta de manera significativa la tasa de salida del desempleo en el caso de los parados que acceden a un contrato fijo entre el sexto y el decimoctavo mes de paro".
César Rodríguez explica que "cuando el ciclo económico es expansivo y la tasa de paro se acerca a valores mínimos -por ejemplo, del 7%, como llegó a ocurrir en España en 2007-, el individuo sabe que es fácil encontrar trabajo al finalizar el período de prestación y quizás en esos momentos el hecho de cobrarla pueda desincentivar la búsqueda de empleo. Pero no es, desde luego, el caso actual de España. Con tasas de paro del 25%, lo que hacen los demandantes de trabajo es tratar de salir del desempleo lo antes posible utilizando el subsidio para financiar el proceso de búsqueda de trabajo y hacerlo más eficiente, intentando encontrar una ocupación acorde a su nivel de cualificación. Sólo cuando pasan los meses y no encuentran ese empleo, aceptan otro de características y salarios inferiores a las previstas". Otro dato: "los que tienen prestaciones largas, no la suelen agotar".