En busca de la foto del lobo montano
29/08/2013 La especie amenazada, cuya caza en época de cría acaba de ser aprobada por la Junta, atraerá este año a la montaña de Riaño a más de 250 ecoturistas en tours de varios días para observar al mítico lobo. Agencias de viaje internacionales y medios de comunicación europeos se interesan por estos circuitos de observación y fotografía. León al sol ha pasado una jornada con un grupo..
Captar
la mirada del lobo, una de las más fascinantes del mundo animal, es una
gran esperanza para muchos aficionados al turismo de naturaleza que
tienen en la Cordillera Cantábrica una localización inmejorable para el
avistamiento de lobos salvajes. A diferencia de los tours que se
organizan en la afamada sierra de la Culebra —en la provincia de Zamora,
con cómodos accesos a los puntos de observación aunque con
avistamientos lejanos y breves—, existen altas densidades de estos
cánidos en apartados valles de la montaña de Riaño.
Wild Watching Spain, una agencia de turismo de naturaleza creada a
principios de 2011 por cuatro biólogos y naturalistas, ofrece diferentes
paquetes de observación y fotografía entre los que destacan el oso
pardo, el lince ibérico, el urogallo o el gato montés. Pero los tours
más demandados son sin duda los del lobo.
Después de un año de duro trabajo, la agencia leonesa ha constatado
que los recónditos valles de la montaña de Riaño son uno de los mejores
lugares de Europa para la observación de lobos montanos en libertad
durante la primavera y el verano. Según afirman, «todos y cada uno de
los clientes que nos visitaron el pasado año observaron lobos, a pesar
de que algunos de ellos tan solo pudieron invertir un día en la zona».
Pero conseguir ese grado de éxito exige dedicación. «Se echan muchas
horas. Hay que buscar zonas que cumplan una serie de requisitos y tener
los conocimientos técnicos necesarios para saber interpretar señales
como huellas o excrementos. Es esencial conocer al animal y la zona»,
explica Bernardo Canal, uno de los guías con más experiencia en el
seguimiento del lobo ibérico. Si localizan un emplazamiento prometedor,
estos expertos en rastreo se colocan en un lugar de observación y
vigilan la zona para ver si aparece algún ejemplar.
La actividad de estos amantes de la naturaleza está despertando un
gran interés en muchos países europeos, en los que la observación de
especies salvajes es una práctica mucho más extendida. Varias agencias
de ecoturismo contratan viajes con ellos y las reservas de grupos
provenientes del extranjero se están convirtiendo en un porcentaje cada
vez más importante de su actividad empresarial. A principios de este mes
un equipo de televisión belga estuvo grabando un programa sobre la
observación de osos pardos, y la semana que viene esperan a la BBC para
grabar otro sobre el lobo montano.
Desde el día 25 y hasta el próximo sábado, Wild Watching Spain está
llevando a caboun tour fotográfico con el lobo ibérico como especie
objetivo, aunque también hay posibilidades de observar gatos monteses,
rebecos, jabalíes, ciervos, corzos y paseriformes montanos. El guía es
el prestigioso fotógrafo de naturaleza Andoni Canela, ganador del Premio
Godó de Fotoperiodismo en 2009 por un trabajo sobre el lobo ibérico y
cuyos reportajes han sido publicados en medios como National Geographic, Geo, Time o El País.
El tour cuenta con tres guías y dos vehículos todoterreno para un
grupo de seis personas —de las cuales soloamentedos son españolas— y es
el «más complejo» que esta empresa de turismo activo ha proyectado
nunca. Se realiza en castellano y en inglés y requiere buena forma
física ya que algunos puntos de observación están alejados de carreteras
y pistas y puede ser necesario caminar en penumbra o incluso en la
oscuridad de la noche.
Este tipo de tours fotográficos exigen un equipo potente, con
objetivos muy luminosos de al menos 400 mm., ya que la distancia media
de trabajo varía entre los 200 y 600 metros. Por este y otros motivos,
la observación o fotografía de especies raras en su ámbito natural exige
un desembolso considerable. «No es algo que puedas hacer cuando
empiezas a trabajar», explica un ecoturista francés al terminar el
avistamiento de la tarde. «Hay que estar ya asentado, porque se gasta
mucho dinero en el equipo y en los viajes». Este tour especial de
avistamiento de lobos dura seis días y tiene un precio de 1.150 euros
que incluye alojamiento en pensión completa, el desplazamiento desde el
aeropuerto hasta el lugar en el que pernocta el grupo y un seguro de
asistencia sanitaria. Para este fotógrafo aficionado, el tour «no es
nada caro. África sí que es caro. La gente cree que los mejores lugares
para hacer esto en África son Tanzania y Kenia, pero está tan
masificados que aparece un león y al momento hay diez coches alrededor
haciendo fotos».
Cuidar el tamaño de los grupos es otra de las grandes preocupaciones
de Wild Watching Spain, no solo por maximizar las posibilidades de
avistamiento sino por ejercer las mínimas molestias sobre la especie
observada para no interferir en su comportamiento ni ponerla en riesgo.
De hecho, los fundadores de la agencia no se cansan de afirmar que el
principal objetivo de estas aventuras es convencer de la necesidad de
conservar al lobo ibérico, poniendo en valor a este magnífico depredador
y demostrando que es una especie de enorme interés capaz de impulsar
por sí sola un creciente turismo ecoturista a nuestros pueblos.
Otra preocupación de los guías es evitar ser seguidos en los
desplazamientos hacia los puntos de observación. En algunos momentos,
caminar erguido o llevar una luz encendida puede convertirse en una
señal para el furtivo atento. «Estamos en una zona muy expuesta, y esta
loba tiene unos cachorros muy pequeños. Si la matan a ella, morirán
todos», justifica Bernardo Canal. Wild Watching Spain pidió a este
periódico que en el reportaje se diera el mínimo posible de detalles
sobre las zonas en las que se encuentra el lobo montano, lógicamente
preocupados tras la reciente aprobación por parte de la Consejería de
Medio Ambiente del plan de aprovechamientos comarcales del lobo, que
permite la caza de 50 ejemplares en toda la provincia de León —26 de
ellos en Riaño— durante la época de cría y dentro de espacios
protegidos.
diego rodríguez