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12 noviembre, 2012

PRENSA: LA CRÓNICA DE LEÓN


Lunes, 12 de noviembre de 2012
 
LA CRÓNICA DE LEÓN

Gonzalo dejó el cruce de Horcadas y bajó para la ribera

El popular mozo del valle de Riaño dejóla comarca para vivir en una residencia
Gonzalo ayer en la Feria de Mansilla, donde vive. MAURICIO PEÑA
F. Fernández / Mansilla
En el cruce de Horcadas, camino de Riaño, casi todos los coches pitaban al paisano que con su andador estaba en la orilla de la carretera. Es Gonzalo, el de Horcadas, el eterno mozo, el entrañable Gonzalín, el que muchos recordaban en las fiestas de todos los pueblos bailando feliz, el que arbitraba los partidos en las fiestas del pueblo, el que siempre tenía una caricia para los niños y una sonrisa para todos.
Gonzalo, el de la tía Martina y de Florencio, a los que ayudó a la hierba cada verano con todas sus fuerzas. Hasta que un ‘accidente cerebral’ le causó una hemiplejía que le llevó a tener que conducirse con el andador. Pero a fuerza de voluntad retomó la vida, se enganchó a los recuerdos, caminó hasta el cruce, saludó a todos y hasta se llegó a crear un grupo de facebook con un ilustrativo nombre: Yo también pito a Gonzalo al pasar por Horcadas.
Y Gonzalo siempre respondía con cara de felicidad.
Con la misma cara de felicidad que ayer sonreía a todos los que le saludaban entre los puestos de la feria de San Martín de Mansilla de las Mulas, que ahora vive allí nuestro mozo, en la residencia de ancianos de la villa, donde ya se ha ganado a todas las cuidadoras y trabajadores, con su carácter afable, con los recortes de esos periódicos en los que sale él y que le gusta que le lean pues él no puede, no sabe.
- Ni falta que le hace, nunca le va a faltar quien se lo lea; dice Mar, que lo cuida y recuerda cómo se dio cuenta de que no sabía leer.
- ¿Cómo te llamas?
- Mar, lo pone aquí.
- Lo pondrá, pero yo no lo leo, pero no te preocupes que no se me va a olvidar nunca porque te llamas como el mar.
Gonzalo se emociona cuando le reconocen también en Mansilla, y donde vaya pues nadie duda de que es uno de los personajes más populares de la comarca de Riaño y una estampa conocida para todos los que ascienden por aquella carretera en coche, los que le tocaban el claxón y los que se bajaban a saludarle, a los que conocía y a los que nunca había visto, pero que daba lo mismo pues él tiene la misma sonrisa abierta y franca para todos. Como tenía un solo baile para todas las verbenas.
En un cercano homenaje sus gentes le definían bien: ‘‘Es un ejemplo de jovialidad y de participación, por eso Gonzalo ha traspasado las barreras generacionales y se ha convertido en un asiduo de cuantas actividades festivas y deportivas se desarrollan en el contorno de esta montaña. No, no estamos presentando a una persona bohemia como pudiera parecer, estamos ante un hombre de fuertes y tradicionales convicciones y con un marcado carácter’’.