TRIBUNA
Las DOT y la montaña oriental
CARLOS CUENYA GONZÁLEZ.
El documento parte de una premisa falsa: considerar como homogéneo un territorio cuya característica principal es la diversidad; en geografía, en historia, en economía y, sobre todo, en problemas.
08/04/2009
TRAS UN LARGO RETRASO, se han publicado por fin las Directrices de Ordenación Territorial (DOT) de la llamada Montaña Cantábrica Central, nuevo ente geográfico creado por estas directrices, que se esperaban con ansiedad en la Montaña de Riaño. Su lectura lleva del desconcierto a la decepción. Para los que esperaban que las DOT fuesen el instrumento que desbloquease jurídicamente la estación de esquí de San Glorio, el documento es una tomadura de pelo, por muchos brindis al sol que haga la empresa, ya que devuelve todo el proceso al principio tras haber perdido otros 4 años. Para el resto de los leoneses es un paso más en el proceso de anulación de identidad en el que la Junta lleva, con la inestimable ayuda del leonesismo político, embarcada varios años.
Las DOT comienzan con un documento de iniciación de 32 páginas, en el que se intenta justificar el haberse saltado a la torera el ámbito provincial como referente básico de ordenación y el haber olvidado las 3 áreas funcionales en que las DOT originales dividían el territorio ahora unificado.
Alegan como motivo para esta agrupación el «tratarse de una zona rural de montaña, un espacio poco poblado, con una posición periférica dentro de la Comunidad de Castilla y León, que precisa una consideración conjunta y coordinada de sus problemas territoriales».
El documento parte de una premisa falsa: considerar como homogéneo un territorio cuya característica principal es la diversidad; en geografía, en historia, en economía y, sobre todo, en problemas.
No se puede comparar la situación de la Montaña Palentina con la de la Montaña Leonesa; ni dentro de esta, la situación de los valles cercanos a León y al superpoblado ocho asturiano, con la de la Montaña de Riaño. Lo menos que se puede esperar en una unidad de ordenación territorial lógica es que la mejora de una de sus partes mejore por sinergia a todo el conjunto. ¿En qué puede beneficiar a la Montaña Oriental la potenciación de Aguilar y La Robla como áreas logísticas que se propone en el Título II? ¿Qué gana León cuando se quita a Cistierna el papel de centro urbano de referencia que tenía en las primeras DOT para otorgárselo a Guardo (artículo 7) ?
Para empezar con la ceremonia de confusión territorial que preside todo el documento, el capítulo acaba con una división del área en 7 valles, olvidándose del Cea y, haciendo bueno su nombre literario, del Curueño.
El segundo capítulo, información territorial, consta de 213 soporíferas páginas que recopilan información mil veces vista sobre el área a ordenar.
El documento hereda la desorientación geográfica de su antecesor, las primeras DOT. Tras hacer no menos de 5 divisiones territoriales distintas, y a veces contradictorias, la confusión llega al paroxismo en el título VII, donde denomina Montaña Oriental a la Montaña Palentina. El tema de la exactitud geográfica puede parecer pueril para muchas personas, pero la identidad es hoy un bien de mercado, valorable económicamente, y en la Montaña de Riaño su pérdida ha sido una de las claves del fracaso colectivo que ya nadie niega. Si la propia administración tiene graves dificultades para establecer dónde están, por ejemplo, los verdaderos Picos de Europa, a partir de ahora el caos en cosas como la promoción turística puede ser antológico; más cuando las DOT hacen referencia a la creación de una marca de imagen común «Montaña Cantábrica Central». O sea, quitar identidad unificando el caos. Vender un revoltijo aplicando el viejo axioma político: «Si no puedes convencerles, al menos confúndeles».
El capítulo central y más esperado de las DOT es el de «Normativa». Las 93 páginas se limitan prácticamente a poner por escrito lo ya existente, ampliando la obligación de redacción de planes de gestión a todas las zonas de la Red Natura. Las propuestas concretas son pocas y favorables a Palencia.
En cuanto a la Montaña Oriental, las DOT guardan un sospechoso e inquientante silencio sobre la línea Sama-Velilla. Relegan a Cistierna a un papel secundario. Reconocen a Riaño como Centro Prestador de Servicios Generales pero niegan a Boca, Burón, Posada y Crémenes el papel de articuladores de sus propios valles. Además, inexplicablemente, dejan a Valdeburón y al valle del Cea fuera de los ejes de dinamización turística.
Pero si por algo eran esperadas estas DOT era porque se suponía iban a dar viabilidad jurídica a San Glorio.
Según declaraciones de la Consejera a la agencia EFE el 14 de abril del 2008, las DOT prevalecerían en todo momento sobre cualquier otro instrumento de ordenación. Pues o mintió la Consejera o mintió el periodista. Las DOT insisten a lo largo de sus tres capítulos en que el PORNA de los dos parques afectados por San Glorio prevalece en todo momento sobre ellas. Vean esto: Título III, artículo 34, punto 2:
«El presente instrumento de Ordenación del Territorio constituye una herramienta complementaria a los futuros PORN de estos Espacios Naturales, cuyo contenido prevalecerá sobre estas Directrices, que pasarán a tener carácter complementario».
El famoso artículo 75 tampoco aclara nada. Declara de interés público el desarrollo de instalaciones, construcciones e infraestructuras, «todo ello sin perjuicio de las limitaciones de usos que puedan existir en los documentos de gestión en vigor de los espacios afectados». De nuevo la declaración está supeditada a no contravenir la norma vigente: El PORNA. Y el PORNA de Fuentes Carrionas, hoy por hoy, sigue prohibiendo las estaciones de esquí alpino.
No hay ninguna carta blanca en las DOT para la estación. Al contrario. El espíritu que anima estas DOT es mucho más conservacionista que todo lo que había anteriormente, y es muy posible que un buen abogado encuentre en las propias DOT multitud de argumentos para parar San Glorio definitivamente. Como poco el proceso se alargará durante muchos más años de los que ya llevamos perdidos en este laberinto. Por lo tanto, hay grandes posibilidades de que las DOT se aprueben pero San Glorio no se haga. La pregunta ahora es: ¿Estas DOT se hicieron para justificar San Glorio o San Glorio es la disculpa para justificar estas DOT?
DIARIO DE LEÓN.