Hoy es el día de Europa, y no quiero celebrarlo,
primero porque tengo miedo que esto sea entendido como "sectarismo",
soy más persona de "mundo" porque en cuestiones de humanidad, de
cultura, he de reconocer que estoy globalizado.
En segundo lugar no quiero celebrarlo por
desengaño; desde el 78, cuando se confirmaba la Francocracia, no
habría ruptura con la dictadura, sino reforma, mis esperanzas estaban puestas
en Europa, una Europa que caminaba hacía una unión de países en pos de una
Constitución única que nos daría pluralidad electoral, separación de poderes,
etc., que haría posible que nuestra sociedad fuera más justa.
Hoy día mis expectativas europeístas están rotas,
no me aporta soluciones, ni tan siquiera ilusiones futuras, ni a corto ni a
medio plazo.
Al revés me desanima, el camino emprendido por
Europa y su tratado comercial con EE.UU. el llamado TTIP, ya comentado en
una reciente entrada, o los acuerdos del tratado "ultrasecreto" TISA,
ponen de manifiesto que Europa no tiene intención de arreglar nada, lo que va
mal se pondrá peor, aplicando aquel principio de es mejor lo malo conocido que
lo malo por conocer.
El informe TISA, lleno de letra ininteligible
para la mayoría de los mortales, no es más que un suero al capitalismo, no
solamente para que se mantenga, sino para que como un vampiro se alimente de
sangre, y esa sangre es la del resto de la humanidad.
Al Capitalismo le pasa como al Comunismo, el
tiempo, la erosión, lo come todo y lo más lógico sería buscar nuevas vías
tendentes a mejorar el sistema en vez de empozarse más cada día. El Capitalismo
no es capaz de mantener una línea, cada vez exige mayores rendimientos,
pensaron que la desregulación era la panacea y las burbujas y los ciclos,
debacles, económicas se suceden desde aquel maldito mandado de Nixón y su nuevo dólar,
todo especulador quiere ganar dinero, y lo gana, pero ese dinero no existe,
como hace poco confirmaba el Banco de Inglaterra, y cuando se huele
inestabilidad y el especulador quiere hacer tangible su dinero de algún sitio
tiene que salir…y sale, vamos que sí sale.
El acuerdo TISA no es otra cosa que la apertura a
la especulación, al negociado, de todo aquello que se considere que puede
generar beneficios, seguridad social, registros, etc., en definitiva negociar con los servicios públicos, sin trabas y amparados por la Ley. Cambiar el artículo 35 de la Constitución fue abrir la caja de pandora.
Definitivamente, y por un tiempo indeterminado no
celebraré el día de Europa, “rezaré” por la humanidad.
Miguel Valladares