Buscar este blog

07 diciembre, 2014

LA REVOLUCIÓN ARQUEOLÓGICA LLEGA AL TERRITORIO DE LOS ANTIGUOS CÁNTABROS

La revolución arqueológica llega al territorio de los antiguos cántabros

La aparición de la primera sauna castreña en territorio de los antiguos cántabros y la identificación de posible oppidum en las inmediaciones de Santillana del Mar revolucionan en apenas dos semanas el panorama arqueológico de Cantabria.

La revolución arqueológica llega al territorio de los antiguos cántabros
Estructura de la sauna castreña en el oppidum de Monte Ornedo. Fuente: Aranzadi Munibe 
 
Y es que el titular no es para menos. Desde hace tiempo, el conocimiento de los antiguos pobladores del norte de Hispania ha sido fruto de controversia y teorías contrarias que no han hecho más que enmascarar su pasado, mitificando en algunos casos su figura y tratándolos como tribus bárbaras..nada más allá de la realidad. Cierto es que gracias a las fuentes clásicas conocemos su faceta más fiera y temible, pero tal vez (y solo tal vez) estamos interpretando lo que muchos de sus coetáneos deseaban escuchar para ensalzar la figura del Imperio Romano en el conflicto conocido como Bellum Cantabricum et Asturicum.
Los diferentes hallazgos de téseras de hospitalidad en yacimientos como el castro de Las Rabas, el Monte Cildá y hace unos meses en Monte Bernorio nos hablan de una sociedad que, lejos de estar enfrentada entre sí étnicamente, forjaba alianzas y pactos en la lejanía. Y no solo eso, sino que muchas de las evidencias arqueológicas encontradas en estos enclaves nos hablan también de un fuerte comercio exterior. Materiales como cerámicas, monedas y un sinfín de restos así lo atestiguan. Ahora bien, en la gran mayoría de los castros y oppidum de la denominada Regio Cantabrorum no se había encontrado hasta la actualidad ningún “edificio público” como tal, siendo los hallazgos más relevantes estructuras correspondientes a hogares y chozas no sin esto tener la relevancia que merecen. De todos modos faltaba algo más..hasta la semana pasada. Cantabria despertaba con un hallazgo arqueológico único en el conocimiento de sus antiguos pobladores, una estructura en el oppidum de Monte Ornedo (Valdeolea) que alejaba un poco más el mito de barbarie acercándolo a lo que se podría denominar una civilización más avanzada y moderna. Hablamos, como no, de la primera sauna castreña encontrada en los actuales límites de la región. Callado esta dicho que un hallazgo de este calibre en la vecina Asturias sería importante, ya que hablaríamos de la sauna más grande encontrada hasta el momento, pero no sería la primera de los astures sacada a la luz. En cambio, como si se hubiese desgarrado la frontera entre ambos pueblos hace miles de años, el flujo constructivo de estas edificaciones parecía haber sido cortado para no proliferar más allá del Noroeste peninsular.
Volviendo a la sauna en sí, sorprende que la existencia de parte de las estructuras fuese conocida desde hace años, pero como si de un rompecabezas se tratase nadie había dado con su solución. Sería un equipo de conocidos arqueólogos e investigadores dirigidos por Pedro Ángel Fernández Vega (antiguo director del Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria) quienes consiguiesen unir todas las piezas y hacerlas encajar hasta dar con uno de los hallazgos más importantes en décadas dentro del territorio de los antiguos cántabros. Entre los citados arqueólogos, destacan nombres como Rafael Bolado del Castillo, Lino Mantecón y Joaquín Callejo Gómez, todos ellos referentes en el estudio de la Edad del Hierro y la posterior romanización del citado territorio astur-cántabro.
Estructuras de la sauna castreña de Monte Ornedo. Foto (sin efecto): Lino Mantecón Callejo
La importancia de su puesta en valor también estriba en la superficie del edificio, alcanzando unas dimensiones de cerca de 303,74 m2, convirtiéndola así en una de las saunas castreñas más grandes encontradas hasta el momento en el norte Peninsular. De forma trapezoidal, Se encuentra construida en 2 niveles de aterrazamiento buscando así un mejor nivel de abastecimiento de agua para su funcionamiento, manteniendo además el sector más alto “seco” ante cualquier posible contratiempo.  El sector  superior posee una gran sala con un pasillo que nos lleva a un patio central abierto, idóneo para la recogida de agua de lluvia que se transporta mediante la inclinación del mismo a una cisterna ubicada en una de las esquinas. Al Este, aún en la terraza superior, nos encontramos en una sala de menores dimensiones donde encontramos la sauna de arcilla propiamente dicha. De la terraza inferior, ubicada en el flanco Sur del complejo, se conoce una estructura anexa con una rampa de acceso, una pequeña habitación y un depósito de cenizas. Destacar que este sector no fue excavado en su totalidad, pudiendo albergar aún un sinfín de secretos a la espera de ser descubiertos.
Respecto a los materiales encontrados, destacan sobre manera las decenas de fragmentos cerámicos de todo tipo, fragmentos de manteado, molinos de cuarcita, un pendiente amorcillado de bronce, cuatro fíbulas “omega”, dos galbos fabricados a mano y un largo etc que no hacen más que reafirmar la importancia del edificio. Gracias a las diferentes tipologías encontradas, además de las dataciones por C14 realizadas sobre diversos carbones hallados, se ha podido establecer que la cronología del complejo se adscribe a la II Edad del Hierro, prolongándose entre finales del siglo III a.C y el siglo I a.C.

¿Más cerca del pueblo de Los Blendios citado por Plinio el Viejo?

Una semana después de la puesta de largo de este descubrimiento y aún sin recuperarnos de la “resaca” del mismo, un equipo dirigido por los arqueólogos Javier Marcos Martínez y Lino Mantecón Callejo destaparon otro hallazgo que puede revolucionar nuevamente el mapa arqueológico de Cantabria: Se pone en valor el descubrimiento de un castro, tal vez un oppidum, de más de 6 hectáreas de superficie en una localización donde los asentamientos de este tipo eran casi desconocidos hasta el momento: El Cincho de Yuso (Santillana del Mar). De ser así, se convertiría en el mayor hábitat indígena de la cuenca del Besaya y uno de los pocos castros costeros de toda la región.
Estructura defensiva de El Cincho de Yuso. Foto (sin efecto): Miguel López Cadavieco
El yacimiento destaca por la gran potencia que alcanzan sus estructuras defensivas, alcanzando unos 5 metros de ancho alrededor de la cima del cerro donde se asienta, dando a entender la importancia de las mismas. Aún en nuestros días, existen puntos que incluso superan los dos metros de altura. Se conserva además una segunda línea defensiva que no hace más que reafirmar la importancia estratégica de este enclave.  Los materiales hallados, que serán publicados más adelante, avalan el peso arqueológico e histórico que alcanzará el asentamiento, uno de los pocos ubicado en las inmediaciones del aún desconocido "Portus Blendium" citado por Plinio y tradicionalmente en las inmediaciones de la ría de San Martín de Suances.
Todo esto nos lleva a plantear una serie de cuestiones que, esperemos que más pronto que tarde, aclaren el mapa territorial, socio-cultural y arqueológico de los antiguos cántabros. ¿Estamos más cerca del pueblo de los Blendios? ¿Eran los cántabros un pueblo tan bárbaro como el imperio romano quería hacer creer? ¿Se está iniciando una nueva revolución arqueológica con sólidos pilares en Cantabria?. Todas estas preguntas están mucho más cerca de ser respondidas. 

RIAÑO: JORNADA DE MATANZA Y OPERACIÓN KILO

Mañana de matanza y operación kilo

Una recogida de alimentos en favor de los más necesitados acompañó a la jornada dedicada al cerdo.

  • Las labores de la matanza y las mujeres de Santa Águeda, que quisieron retratarse con el animal en canal. - Campos
    Las labores de la matanza y las mujeres de Santa Águeda, que quisieron retratarse con el animal en canal. - Campos
J.M. Campos | Riaño 07/12/2014 
diariodeleon.es
 
Riaño vivió ayer el primer día de las XVIII Jornadas de la Matanza, que organiza la Asociación de Mujeres Santa Águeda. Los actos se iniciaron con la llegada del gocho, ya muerto, a la plaza de Los Pueblos para su limpieza. A pesar del frío y de la nieve que caía no impidió que los mozos pusiesen en marcha esta tradición de la montaña como es la matanza. Las mujeres de la asociación entregaron al público de pastas, mistela y orujo, la tradicional “Parva”. Posteriormente se ofreció la degustación de la chanfaina caliente que vino bien con el frío que hacía. La gente se refugiaba en los bares de Riaño. Cuando el animal estuvo limpio y se procedió a colocarlo entre dos columnas.
Las mujeres desarrollaron una operación un kilo para recoger productos no perecederos para las familias necesitas.
Mañana se celebra la parrillada, con un coste de participación por personas de 7 euros.