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16 diciembre, 2014

EL OSO RECUPERA SU PRESENCIA EN RIAÑO-VALDEÓN Y SUMA 260 EJEMPLARES EN LA CORDILLERA

El oso recupera su presencia en Riaño-Valdeón y suma 260 ejemplares en la cordillera

16/12/2014

La población cantábrica de oso pardo se encuentra dividida en dos subpoblaciones separadas geográficamente.

La subpoblación occidental se extiende por unos 2.800 km2, desde los Ancares lucenses y leoneses hasta llegar casi a la zona central de la cordillera entre León y Asturias. Se estructura espacialmente en tres núcleos reproductores distintos: el más numeroso en los concejos asturianos de Cangas del Narcea, Degaña y zonas limítrofes de Ibias y en los municipios leoneses de Villablino, Palacios del Sil y Páramo del Sil; un segundo, que ocupa básicamente los concejos asturianos de Somiedo y Belmonte; y un tercer núcleo, también asturiano, asentado en Proaza y zonas limítrofes. En el año 2014 se estima que esta subpoblación está constituida por más de 200 osos.

La subpoblación oriental ocupa unos 2.100 km2 por la montaña palentina, entre las cabeceras de los ríos Carrión y Pisuerga, y la Montaña oriental leonesa, con presencia consolidada en los montes cántabros de Campoo de Suso, Polaciones y Liébana y en terrenos del oriente de Asturias. Esta subpoblación presenta un núcleo reproductor consolidado en la montaña palentina y zonas limítrofes de Cantabria y otro núcleo en Riaño-Valdeón, que tras desaparecer a mediados de los años noventa ha vuelto a recuperarse, con reproducción intermitente, en la primera década de este siglo. En el año 2014 se estima que está constituida por más de 30 osos.

ESTUDIO DEL OSO CANTÁBRICO: HASTA QUE NO EXISTA UN SOLO GRUPO DE POBLACIÓN DEBEMOS SER CAUTOS

«Hasta que no exista un solo grupo de población debemos ser cautos»

  • José Ángel Arranz, Santiago Domínguez y Guillermo Palomero, junto a las investigadoras. - rubén cacho
    José Ángel Arranz, Santiago Domínguez y Guillermo Palomero, junto a las investigadoras. - rubén cacho
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dl | león 16/12/2014

El estudio que ayer fue presentado en Valladolid refleja los buenos datos de la población osera cantábrica, a pesar de que la comunidad científica pide cautela, ya que aún queda mucho trabajo por hacer. Según destacó el presidente de la Fundación Oso Pardo, Guillermo Palomero, las conclusiones de este informe, son una «excelente noticia», ya que el aumento de la variabilidad genética provocado por el cruce de machos de la zona occidental con hembras de la oriental «supone reducir la vulnerabilidad a cambios ambientales, aumentar la resistencia a enfermedades y aumentar el tamaño de las camadas».

Palomero, que agradeció la colaboración de la Junta y de Enel Green Power, destacó que este estudio demuestra que se ha puesto fin al aislamiento que sufría el núcleo osero oriental y subrayó que lo fundamental ahora es mejorar las condiciones del corredor que separa ambos núcleos de población.
Por su parte, Elena González, científica del Museo de Ciencias Naturales, también destacó que el estudio, que permitió analizar muestras de ADN de 26 ejemplares de zona oriental, pone de manifiesto la mejora de las posibilidades de supervivencia, pero matizó que lo ideal sería que los cruces fueran «en ambos sentidos» y que los machos de la zona oriental se cruzaran con hembras de la occidental. «La situación es mucho mejor si comparamos estos resultados con los de informes previos, pero todavía, hasta que no podamos hablar de un sólo grupo de población, debemos ser cautos», aseveró.

Mientras tanto, el director general de Medio Natural, José Ángel Arranz, aseguró que el objetivo primordial de la Junta en los próximos será la atención al corredor entre ambos núcleos, para mejorar el hábitat y eliminar infraestructuras que puedan dificultar el paso de ejemplares.

EL CORREDOR PERPETÚA AL OSO CANTÁBRICO AL ACABAR CON SU AISLAMIENTO GENÉTICO

El corredor perpetúa al oso cantábrico al acabar con su aislamiento genético

Un estudio de la FOP constata el flujo de ejemplares del núcleo occidental al oriental.

  • Dos técnicos de la Fundación Oso Pardo recogen muestras de pelo para analizar su ADN. - fop
    Dos técnicos de la Fundación Oso Pardo recogen muestras de pelo para analizar su ADN. - fop
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maría carnero | león 16/12/2014

La férrea barrera física que desde hace más de un siglo ha mantenido separada a la población cantábrica del oso en dos subpoblaciones, la oriental y la occidental, ha reducido a lo largo de los años la variabilidad genética de esta especie que ha estado condenada a la endogamia para persistir. Según estudios llevados a cabo en los años noventa, la falta de conexión entre ambas subpoblaciones ha supuesto un grave riesgo para su supervivencia, por la baja variabilidad genética y su reducido tamaño, especialmente en la subpoblación oriental.

Sin embargo, el Estudio genético del oso pardo en el corredor interpoblacional y en la subpoblación oriental cántabra, iniciado en 2013 por la Fundación Oso Pardo (FOP), ha constatado un importante flujo de ejemplares y de genes de la subpoblación occidental a la oriental a través del llamado corredor interpoblacional, una franja habilitada para salvar las vías de comunicación (carreteras, autopistas, vías férreas y pantanos) que atraviesan la cordillera.

Este proyecto, financiado por Enel Green Power España, pretende dar respuesta a algunas cuestiones trascendentales para el oso cantábrico, tales como si la variabilidad genética en la subpoblación oriental aumentaba, y si el crecimiento de la subpoblación occidental cantábrica, con un censo actual superior a los 200 ejemplares, estaba dejando huella genética en la pequeña subpoblación oriental. Para ello, se han analizado 152 muestras de pelos y excrementos de oso pardo recogidas básicamente en la subpoblación oriental y en el Corredor interpoblacional entre junio de 2013 y agosto de 2014 por los equipos de la Junta de Castilla y León y la FOP.

Los resultados obtenidos analizando el ADN de las muestras, cuya fiabilidad ronde el 94%, han respondido con creces a dichas preguntas y ponen de manifiesto que el aislamiento genético de ambas subpoblaciones cantábricas -lo que estaba considerado como un grave problema de conservación- está tocando a su fin.

Los análisis de las muestras recolectadas han individualizado con seguridad 26 osos, que deben considerarse una parte del censo de la subpoblación oriental, dado que el estudio no pretendía realizar un censo genético de esta subpoblación y ni el método ni el periodo de muestreo permitirían detectar todos los ejemplares presentes. Sobre estos 26 ejemplares se ha llevado a cabo el estudio genético.

El estudio ha constatado un importante flujo de ejemplares y de genes de la subpoblación occidental a la oriental: de los 26 ejemplares individualizados y genotipados (con su carnet genético individual) con seguridad en la subpoblación oriental, cinco son osos con características genéticas orientales, siete son osos con características genéticas occidentales y 14 son ejemplares con características genéticas mixtas. Es decir, este estudio ha detectado en 2013-2014 en la zona oriental 7 osos migrantes que han llegado desde la población occidental y 14 osos con algún grado de mezcla, procedentes de cruces mixtos entre ejemplares de ambas subpoblaciones. Esto ha sido posible sin duda gracias a la fuerte recuperación de la subpoblación occidental, que ha bombeado ejemplares hacia otras áreas, entre las que se incluye la subpoblación oriental.

Alta calidad genética
Otras de las evidencias del estudio ha sido que, aunque la población cantábrica de oso pardo todavía está estructurada en dos grandes grupos de características genéticas diferenciadas, la llegada de osos dispersantes desde la zona occidental -y el consiguiente flujo de genes- ha propiciado que la variabilidad genética (la salud genética, la capacidad de adaptación a cambios ambientales) ha sido la más alta registrada hasta la fecha en esta subpoblación oriental. Según los datos obtenidos, se puede afirmar que la variabilidad genética de la subpoblación oriental ha dejado de ser la más baja registrada en osos europeos, situándose ahora por encima de las descritas en los Pirineos o los Apeninos italianos.

Los análisis genéticos han sido realizados por investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales -organismo adscrito al Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)-. El proyecto ha contado además con el apoyo de la Dirección General del Medio Natural de la Junta de Castilla y León y también de la Dirección General de Recursos Naturales del Principado de Asturias, que ha aportado muestras genéticas e información de interés para el estudio.

La FPO ha elaborado un vídeo sobre el proyecto, que está disponible en www.diariodeleon.es