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08 agosto, 2010

LA REVISTA COMARCAL EN LA CRÓNICA DE LEÓN

Las fotos antiguas son parte importante de la revista, como esta de Aurelio R. Puerta de bolos en Pedrosa.

Jugosas historias de montañeses.

La veterana, cuidada y jugosa Revista Comarcal Montaña de Riaño acaba de editar un nuevo número.
F. Fernández / Riaño
La Revista Comarcal Montaña de Riaño se ha ganado, con toda justicia, un hueco en la vida cultural y social de su tierra. Y el cuidado número que acaba de editar colaborará aún más en ello, pues mantiene una postura clara y contundente ante temas de evidente interés de la zona y ofrece una serie de atractivos reportajes de corte histórico y humano.
Como siempre, la Revista Comarcal, ofrece dos partes bien diferenciadas, incluso en el color del papel, en una de ellas se analiza ‘mojándose’ la actualidad de la comarca y en la otra se profundiza en la historia y las gentes de aquella tierra.
Lo primero se entiende claramente con algunas palabras del editorial de este número 34: ‘‘Lo absurdo de la situación es que aquí parece que nadie hace lo que debe, sino otras cosas, porque mientras estas asociaciones (se refiere a los grupos conservacionistas que participan en el debate sobre la estación de San Glorio) presentan un proyecto que no deberían haber hecho, el Grupo de Acción Local continúa ‘mirando para Cuenca’, mientras se limita a tramitar subvenciones a quien le presenta una solicitud sin un eje de desarrollo claro. Por su parte, nuestros ayuntamientos no tienen, que se sepa, ningún proyecto por el estilo, más pequeño o más grande...’’. Ésa es la tónica general de la revista y San Glorio el gran protagonista de la ‘parte de actualidad’ de este número, aunque no la única pues recoge, por ejemplo, un muy interesante artículo de Carlos Cuenyas sobre el torreón de Boca y sus posibles usos o la reseña de la aparición de una nueva lápida vadiniense en Peñacorada, contada por Siro Sanz García. Hablando de lápidas, también ofrecen una extensa información sobre el homenaje a la familia Aguirre, en agradecimiento a haber devuelto la famosa lápida de Vado Nebira.
El apartado de historia, historias y personajes resulta especialmente atractivo con un reportaje de Lorenzo Sevilla sobre el chorco de Valdeón (sobre el que volveremos); siguen los retazos de la historia con la cuarta entrega sobre la Guerra de la Independencia en esta montaña, a cargo del infatigable Ramón Gutiérrez; paginas de medio ambiente sobre los lobos, las musarañas, los jabalís; rutas de montaña; otra entrega del habla de la montaña; textos literarios...
Especial mención merecen dos personajes en los que se fijan en este número 34 de la revista, la segunda entrega de José Ramón Pérez sobre el injustamente olvidado Casiano de Prado, ‘descubridor de los Picos de Europa’, y un amplio y merecido reportaje sobre Tomás Álvarez Fernández, de Acebedo, cuyo ayuntamiento ha tenido el exquisito tacto de darle la Medalla de Plata del municipio, en reconocimiento a su dilatada trayectoria de este montañés, conferenciante por medio mundo, Premio Nacional de las Letras en el año 2006, uno de los mayores expertos mundiales en Santa Teresa de Ávila, amigo personal de Juan Pablo II y, sobre todo, un tipo humilde, que se sigue definiendo como un aldeano de Acebedo.