LAS CONSECUENCIAS DE LA NEVADONA
La reserva de caza de Riaño perderá más de mil ejemplares por el temporal
El director no recuerda una situación tan grave y afirma hacer «lo posible» por la fauna .
«En
los 28 años que llevo aquí nunca había visto una nevada de estas
dimensiones». El director de la Reserva Regional de Caza de Riaño,
dependiente de la Junta, Juan Carlos Peral, aseguró ayer a este
periódico que las consecuencias que el último temporal de nieve van a
suponer para la fauna en la montaña oriental serán «nefastas» y por lo
tanto también para los municipios y juntas vecinales titulares de los
derechos cinegéticos. Peral asegura que aunque es pronto para un primer
balance, los animales muertos por culpa del temporal podrían superar los
mil, ya que hace diez años, en una nevada mucho más leve que esta, se
cuantificaron ochocientas cabezas finadas. Corzos, ciervos, rebecos,
cabras o jabalíes son víctimas estos días del lado más extremo y letal
de la naturaleza.
Hasta el momento se han localizado más de cien cadáveres, los que
están más cerca de la carretera. Cuando la nieve lo permita y se pueda
acceder a toda la reserva, que en total suma casi 79.000 hectáreas, esta
cantidad podría dispararse, según reconoció el propio Peral que
calificó de «catastrófica» la situación.
El director de la reserva explicó que se ha hecho todo lo posible por
mantener el mayor número de animales con vida, pero que la dimensión de
la nevada está poniendo las cosas muy difíciles a los celadores que
«están trabajando a destajo y en condiciones de frío extremo y humedad»,
explicó Peral.
En situaciones excepcionales como esta se cuenta con que la
mortalidad de la fauna será muy elevada, ya que «la nieve imposibilita
todas su oportunidades de supervivencia, y las bajas temperaturas
terminan por ocasionar una muerte inevitable». Por eso, la labor de los
celadores se centra en recorrer todas las carreteras de la reserva para
localizar cadáveres, que suelen acabar en la calzada, lo que supone un
peligro para la seguridad vial. Muchos animales tienen la suerte o la
destreza de llegar a zonas estables, donde pueden resguardarse, y donde
tienen alguna oportunidad de sobrevivir. Por eso, Peral insistió en que
es importante que no se acceda a estas zonas, con la falsa idea de
ayudar a estos animales, porque lo fácil es que se asusten y salgan
corriendo, lo que implica que puedan a volver a quedarse atrapados en la
nieve, caer a los ríos o, incluso a la carretera. El director de la
reserva explicó que las labores para facilitar alimentación a la fauna
se hacen con el mayor cuidado posible para no molestar a los animales y
hacerles más daño que beneficio. «En contra de lo que se ha dicho estos
días, no podemos usar helicópteros para llevar alimento ya que podrían
salir en bandada corriendo y terminar cayendo en el río o muertos por
agotamiento», explica Peral.
Ciervos decapitados
Por lo que se refiere a los ciervos encontrados esta semana muertos
en la nieve, varios de ellos decapitados y sin cuernos, Peral explicó
que «una vez localizados los cadáveres, a los machos se les quita la
cornamenta para evitar precisamente el furtivismo y que se vendan los
trofeos de manera ilegal». Tras medir las cornamentas e incorporar sus
valores a las estadísticas de la reserva, se entregan a los propietarios
de los derechos que lo soliciten (juntas vecinales) o son llevados al
taxidermista para formar parte de las exposiciones de la reserva.
Los cuerpos de los animales son abandonados en el monte, para que
sean pasto para predadores y carroñeros. «¿No querían los ecologistas
que se dejaran cadáveres en el monte para que los lobos comieran?, pues
eso, que ahora no se contradigan», explica Peral, que es consciente de
que «es una imagen que causa un mal efecto, pero que no se puede hacer
otra cosa ya que son animales de 150 kilos, imposibles de transportar
por la cantidad de nieve acumulada».
Peral destacó que la labor que están haciendo los celadores, en estas
condiciones tan extremas, es «encomiable», ya que «es muy duro para
ellos ver como cada vez aparecen más cuerpos de animales que han visto
crecer estos años en la reserva».