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22 noviembre, 2010

DIARIO DE LEÓN: LA ENCICLOPEDIA VIVA DE PRIORO

Juana Rodríguez López, en la cocina de su casa en Prioro.

La montañesa Juana Rodríguez ha sido una de las nueve personas elegidas por el Ministerio de Cultura para el libro y el documental «Los últimos narradores orales»

22/11/2010 emilio gancedo | león

«Soy morena, soy morena/ como lo eran mis padres/ lo mismo que se heredan los bienes/ también se heredan los males». Juana Rodríguez López, nacida en Prioro, villa de la Montaña Oriental en la que ha pasado sus 74 años de vida, es un auténtico filón para los etnógrafos: conoce innumerables refranes, cantares, dichos, romances... y cuentos, muchos cuentos populares escuchados en su mayor parte a su padre Eduardo, hombre muy hábil y querido en el valle, que fue pastor, madreñero, carpintero, campeón de aluches «y muy cantarín», recuerda Juana.

Esta leonesa ha sido una de las nueve personas de todo el país escogidas por la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales para su proyecto La memoria de los cuentos , un recorrido por la narrativa popular española que se ha encarnado en forma de libro -”bajo el subtítulo Los últimos narradores orales -” y de documental que acompaña a la publicación y en el que aparecen los nueve protagonistas contando sus historias de viva voz. En concreto, del -˜repertorio-™ de Juana Rodríguez eligieron Policarpo , El alcaraván y la raposa , El tonto del molino , El gallo Zarapico y El tío Basilio y el cura , este último «un sucedido real», avisa la narradora montañesa, quien ya había narrado anteriormente historias a uno de los colaboradores del proyecto La memoria de los cuentos , el investigador y divulgador Juan Manuel de Prada-Samper, razón por la cual sus relatos aparecen en la obra.

A Juana Rodríguez le ha hecho mucha ilusión recibir el libro y ver allí su nombre y el de su pueblo, pero al mismo tiempo recuerda con nostalgia los tiempos en los que se contaban y cantaban tantas cosas en las casas junto a la lumbre, en las calles, en la jornada diaria del monte y el laboreo... «Éramos cuatro grupos escolares aquí en Prioro, cuarenta y pico niños nacieron en mi año, el mismo en el que empezó la Guerra Civil», evoca esta mujer de prodigiosa memoria. Así, habla de cuando su padre marchaba con el carro a Campos a vender madreñas y otros útiles hechos de madera para traer vino y cereal, o cuando le contaba cómo aún más joven, con 13 años, se vio obligado a emprender camino a Extremadura junto con otros pastores trashumantes. «Después decidió que aquello no era para él y se dedicó a la madera» y también «a criar vacas, cabras, ovejas», dice. «Aquello era muy duro, mi abuelo también iba de pastor y, como entonces no había móviles ni nada de eso, pues se murió su primera mujer, de parto, y él se enteró meses después; cuando llegó a Las Conjas un paisano le dio el pésame y luego se encontró a la criatura en casa, que había sobrevivido», relata.

Para Juana la vida tampoco fue fácil: hasta los treinta años sufrió agudísimos ataques de epilepsia, «a decir de los médicos de aquí, incurables» y que luego, «por una de esas casualidades que tiene la vida», a su madre le dieron, durante un viaje en tren, la dirección de un médico de Salamanca cuyo tratamiento supuso su curación completa. Y en nada afectó esa enfermedad a su memoria y a su gusto por el cuento y el cantar. «Soy muy escritora», dice esta mujer que lleva la cuenta de todas las muertes acaecidas en el pueblo cada año y una lista de las personas más mayores. «También sé muchos romances, El mozo arriero , Delgadina , La loba parda , Por sendas y valles se oyen rumores , La Coronela , Doñana, El barrendero ... algunos antiquísimos». Pero, ¿ya habrá visto ya el vídeo que acompaña al libro? «¿Para qué? -”pregunta-” ¡Si lo que sale ahí lo dije yo!»

Junto a Juana, participan también en la obra Julia Hernández, de Descargamaría (Cáceres); Consolación Soriano, de Iniesta (Cuenca); Ángel Rivas, de Eirexúa (Lugo); Francisco Castro, de Tahivilla (Cádiz); Esperanza Barber, Sito Pelegrí y Nicolau Huguet, de Es Migjorn Gran (Menorca) y Benigna Lasuen, de Aulesti (Vizcaya).

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