Plantean la creación de una plataforma con una sola voz, al margen de colores políticos, que impulse un pacto para la supervivencia ante la falta de recursos.
11/10/2009 asun g. puente | redacción. Diario de León.El 84% de los municipios de la provincia cuentan con menos de 2.000 habitantes: 177 de un total de 211. Precisamente son estos núcleos los que aglutinan la mayoría de los 1.403 pueblos de León. La asfixia económica de estos ayuntamientos, por una creciente falta de recursos, provoca déficits en la prestación de servicios municipales, falta de inversiones y la necesidad de mantener un elevado número de infraestructuras para un bajo número de habitantes y su dispersión.
El anunciado recorte de obras y servicios de la Diputación por la merma del dinero que llegará del Estado a las arcas provinciales (alrededor de 14 millones menos) y el criterio poblacional que se aplica en el reparto del Plan E del Gobierno y del Plan de Convergencia de la Junta, que deja claramente en desventaja a los pequeños municipios por su escasez de vecinos, estrangulará más la situación económica de estos núcleos.
Ante esta situación, diputados socialistas trabajan ya en la creación de una plataforma que aglutine a los 177 ayuntamientos de la provincia con menos de 2.000 habitantes para crear un frente común, que busque alternativas y salidas al problema acuciante de la falta de recursos.
Sin alternativas.
El viceportavoz socialista en la Diputación, Matías Llorente, explica que lanzarán en un par de semanas esta iniciativa para aglutinar a todos los partidos, con el objetivo final de articular un pacto que tenga a las reivindicaciones de los pequeños núcleos como protagonistas, así como a la búsqueda de soluciones a la maltrecha situación de sus arcas.
Llorente apunta que ni siquiera la propia institución provincial cuenta con un plan alternativo para los pequeños ayuntamientos y denuncia que la política de la Junta, «como se está viendo ya en las Directrices de Ordenación del Territorio de la Montaña Cantábrica Central», potencia el papel de las cabeceras de comarca como aglutinadoras de servicios y «deja en mínimos las inversiones en los ayuntamientos pequeños», afirma.
Recuerda que los núcleos de menos de 2.000 habitantes deben seguir prestando los mismos servicios a su población, a pesar de su asfixia económica. En este sentido, hace referencia al mantenimiento de los colegios, las instalaciones deportivas, los consultorios médicos y las actividades de ocio y cultura. «Se trata de competencias impropias por las que la Junta no nos paga nada y, además, ahora con el sectarismo de la presidenta de la Diputación, en el reparto de los fondos de los distintos planes, a los ayuntamientos del PSOE tampoco llega dinero desde las arcas provinciales».
El número dos del PSOE en el Palacio de los Guzmanes y alcalde de Cabreros del Río pone de relieve, igualmente, que los pueblos reúnen en verano y otras vacaciones a muchos visitantes que obligan a tener al día las infraestructuras. «Es imposible sin ayudas o alguna medida específica atender todos los servicios».
Exiguos presupuestos. Enfatiza que los llamados municipios intermedios reciben ayudas directas, acaparan más servicios y a vecinos que trabajan en los pueblos pero que residen en las cabeceras de comarca y, por tanto, allí pagan sus impuestos.
El presupuesto ordinario anual medio de los ayuntamientos de menos de 2.000 habitantes oscila entre los 100.000 y los 150.000 euros. «Tenemos que destinar el 95% a gastos corrientes y personal, así que la situación es insostenible». También evidencia la presión fiscal que viven los vecinos, ya que las obras requieren del cobro de contribuciones especiales.
«De no plantearse soluciones, lamentablemente los pueblos irán muriendo», remarca Matías Llorente.
El anunciado recorte de obras y servicios de la Diputación por la merma del dinero que llegará del Estado a las arcas provinciales (alrededor de 14 millones menos) y el criterio poblacional que se aplica en el reparto del Plan E del Gobierno y del Plan de Convergencia de la Junta, que deja claramente en desventaja a los pequeños municipios por su escasez de vecinos, estrangulará más la situación económica de estos núcleos.
Ante esta situación, diputados socialistas trabajan ya en la creación de una plataforma que aglutine a los 177 ayuntamientos de la provincia con menos de 2.000 habitantes para crear un frente común, que busque alternativas y salidas al problema acuciante de la falta de recursos.
Sin alternativas.
El viceportavoz socialista en la Diputación, Matías Llorente, explica que lanzarán en un par de semanas esta iniciativa para aglutinar a todos los partidos, con el objetivo final de articular un pacto que tenga a las reivindicaciones de los pequeños núcleos como protagonistas, así como a la búsqueda de soluciones a la maltrecha situación de sus arcas.
Llorente apunta que ni siquiera la propia institución provincial cuenta con un plan alternativo para los pequeños ayuntamientos y denuncia que la política de la Junta, «como se está viendo ya en las Directrices de Ordenación del Territorio de la Montaña Cantábrica Central», potencia el papel de las cabeceras de comarca como aglutinadoras de servicios y «deja en mínimos las inversiones en los ayuntamientos pequeños», afirma.
Recuerda que los núcleos de menos de 2.000 habitantes deben seguir prestando los mismos servicios a su población, a pesar de su asfixia económica. En este sentido, hace referencia al mantenimiento de los colegios, las instalaciones deportivas, los consultorios médicos y las actividades de ocio y cultura. «Se trata de competencias impropias por las que la Junta no nos paga nada y, además, ahora con el sectarismo de la presidenta de la Diputación, en el reparto de los fondos de los distintos planes, a los ayuntamientos del PSOE tampoco llega dinero desde las arcas provinciales».
El número dos del PSOE en el Palacio de los Guzmanes y alcalde de Cabreros del Río pone de relieve, igualmente, que los pueblos reúnen en verano y otras vacaciones a muchos visitantes que obligan a tener al día las infraestructuras. «Es imposible sin ayudas o alguna medida específica atender todos los servicios».
Exiguos presupuestos. Enfatiza que los llamados municipios intermedios reciben ayudas directas, acaparan más servicios y a vecinos que trabajan en los pueblos pero que residen en las cabeceras de comarca y, por tanto, allí pagan sus impuestos.
El presupuesto ordinario anual medio de los ayuntamientos de menos de 2.000 habitantes oscila entre los 100.000 y los 150.000 euros. «Tenemos que destinar el 95% a gastos corrientes y personal, así que la situación es insostenible». También evidencia la presión fiscal que viven los vecinos, ya que las obras requieren del cobro de contribuciones especiales.
«De no plantearse soluciones, lamentablemente los pueblos irán muriendo», remarca Matías Llorente.
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