Las instalaciones termolúdicas se gestionarán como en Andorra
Los balnearios no ofrecen pernoctaciones, por lo que los clientes contratan este servicio a los establecimientos hoteleros locales.
19/05/2010
«Nos preocupamos de la naturaleza, pero, sobre todo, de las personas». Bajo esta declaración de intenciones por parte de las cuatro ONG conservacionistas que proponen una batería de alternativas a la estación de esquí de San Glorio, sus responsables explicaron que el modelo de gestión turística que buscan es el que se está desarrollando en Caldea, Andorra, un centro hidrotermal donde no se ofrece un sistema de pernoctaciones en sus instalaciones, lo que obliga a cubrir estas necesidades en los establecimientos hoteleros de los pueblos cercanos, por lo que el impacto sobre la economía local es muy positivo.
De hecho, las reservas en los hoteles de la zona se contratan directamente con el paquete para el centro hidrotermal.
El aprovechamiento del agua es uno de los ejes fundamentales presentados ayer por los grupos ecologistas. La zona carece de aguas termales como tal, pero «hoy no es un problema tratar el agua», defendió Iñaki Reyero, responsable de Gedemol. La montaña oriental dispone, sin embargo, de enormes recursos hídricos y un paisaje excepcional, «por lo que un centro termolúdico podría contribuir de manera relevante a mejorar la situación económica de la comarca, sin menguar un ápice la riqueza natural y paisajística del entorno».
Un centro de este tipo consistiría, en esencia, en ofrecer numerosos servicios relacionados con el ocio, la salud y la belleza a través del uso del agua. Se proponen dos modelos diferentes, con dimensiones, posibilidades de financiación y de explotación diferentes, aunque ambos comparten la peculiaridad de que no ofrecen ese servicio de pernoctaciones y la cafetería y el restaurante tan sólo cubren las necesidades de los usuarios, que tampoco disponen de mucho tiempo entre un tratamiento y otro. Está proyectado que parte de la energía sea suministrada por placas solares. El agua caliente, por otro lado, también será reutilizada para aportar calor a las instalaciones y finalmente se cerrará el ciclo con su depuración. Un economista del BBVA y un biólogo de la Universidad de León avalan esta iniciativa. El modelo de gestión previsto ha demostrado su éxito en comarcas de montaña de los Alpes, Pirineos y Escandinavia, convirtiéndose en una alternativa de desarrollo económico «real en áreas frágiles», «y sin causar impactos ambientales irreparables ni fomentar un urbanismo desaforado».
Los balnearios no ofrecen pernoctaciones, por lo que los clientes contratan este servicio a los establecimientos hoteleros locales.
19/05/2010
«Nos preocupamos de la naturaleza, pero, sobre todo, de las personas». Bajo esta declaración de intenciones por parte de las cuatro ONG conservacionistas que proponen una batería de alternativas a la estación de esquí de San Glorio, sus responsables explicaron que el modelo de gestión turística que buscan es el que se está desarrollando en Caldea, Andorra, un centro hidrotermal donde no se ofrece un sistema de pernoctaciones en sus instalaciones, lo que obliga a cubrir estas necesidades en los establecimientos hoteleros de los pueblos cercanos, por lo que el impacto sobre la economía local es muy positivo.
De hecho, las reservas en los hoteles de la zona se contratan directamente con el paquete para el centro hidrotermal.
El aprovechamiento del agua es uno de los ejes fundamentales presentados ayer por los grupos ecologistas. La zona carece de aguas termales como tal, pero «hoy no es un problema tratar el agua», defendió Iñaki Reyero, responsable de Gedemol. La montaña oriental dispone, sin embargo, de enormes recursos hídricos y un paisaje excepcional, «por lo que un centro termolúdico podría contribuir de manera relevante a mejorar la situación económica de la comarca, sin menguar un ápice la riqueza natural y paisajística del entorno».
Un centro de este tipo consistiría, en esencia, en ofrecer numerosos servicios relacionados con el ocio, la salud y la belleza a través del uso del agua. Se proponen dos modelos diferentes, con dimensiones, posibilidades de financiación y de explotación diferentes, aunque ambos comparten la peculiaridad de que no ofrecen ese servicio de pernoctaciones y la cafetería y el restaurante tan sólo cubren las necesidades de los usuarios, que tampoco disponen de mucho tiempo entre un tratamiento y otro. Está proyectado que parte de la energía sea suministrada por placas solares. El agua caliente, por otro lado, también será reutilizada para aportar calor a las instalaciones y finalmente se cerrará el ciclo con su depuración. Un economista del BBVA y un biólogo de la Universidad de León avalan esta iniciativa. El modelo de gestión previsto ha demostrado su éxito en comarcas de montaña de los Alpes, Pirineos y Escandinavia, convirtiéndose en una alternativa de desarrollo económico «real en áreas frágiles», «y sin causar impactos ambientales irreparables ni fomentar un urbanismo desaforado».
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