18/10/2010
Mucho más lejos fue el teniente alcalde de Oseja de Sajambre, Carlos Granda, que aventuró la muerte de los municipios integrados en el parque si prospera este plan económico. Por este motivo, el Ayuntamiento de Oseja de Sajambre ha presentado una batería de alegaciones al proyecto, al entender que sus intereses económicos no están reflejados en el plan, que propone un pago único para los municipios integrados en el parque, que dejan de percibir ingresos por la prohibición de explotar sus recursos naturales. Carlos Granda, que propone una renta anual por esta pérdida de poder adquisitivo de los ayuntamientos, «condenados así a una sentencia de muerte», exige al Estado la oportunidad de que tanto Oseja de Sajambre como Posada de Valdeón negocien su singularidad, única Europa, al ser las dos localidades que tienen todo su territorio asentado dentro de un parque nacional. «No nos pueden comparar con Cangas, que tiene 22.000 hectáreas, de las que sólo 7.000 están dentro del parque», matiza el concejal.
En primer lugar, y según Carlos Granda, el texto no habla en ningún momento de compensar a los propietarios particulares, y no contempla indemnizaciones para un elevado número de actividades restringidas que suponían toda una fuente de ingresos para los municipios, tales como la minería, la extracción de áridos (en cada pueblo había una cantera que abastecía a todas las obras de los vecinos y que incluso comercializada su piedra), algunos usos forestales y sobre todo la pesca, gran caballo de batalla, en la defensa de los intereses económicos de Sajambre y Valdeón. El Ayuntamiento tampoco está satisfecho con el baremo empleado para establecer las indemnizaciones por dejar de cazar en el parque, ya que propone la diferencia de la renta actual con la de hace casi veinte años para calcular la compensación a percibir, lo que no se corresponde con la pérdida real de ingresos sufrida por los vecinos en todo este tiempo. Además, la ley impide cazar en toda la reserva natural, supeditada a la conservación, protección y fomento de las innumerables especies cinegéticas, pero no en los cotos de caza que están dentro de los limites del parque. «Los cazadores de los cotos matarán a los animales que la reserva proteje, y encima cobrarán por ello, ya sólo por eso nos tendrían que compensar», matiza Granda.
Otro de los puntos más polémicos es el de la pesca, cuya restricción tampoco está contemplada en las compensaciones.
Desde el año 1995 en la cuenca alta del Cares, en Valdeón, y en el Sella, Sajambre, los dos ríos salmónidos más importantes de España, se prohibió la pesca con muerte, «una actividad por la que cada fin de semana nos visitaban cientos de pescadores procedentes de todo el país que llenaban nuestros negocios de hostelería y promocionaban el valle», explica Granda, que denuncia que los municipios del parque tampoco serán compensados por la pérdida de ese recurso económico.
El teniente alcalde también denuncia que la explotación forestal de robles y castaños tampoco está compensada en el plan, ya que en su mayoría están dentro de propiedades particulares. «Nuestros antepasados los plantaron en sus tierras, hipotecando la siega y el pastizal de esos terrenos, para en un futuro vender su madera. Desde 1995 ya no podemos talar estos árboles, ubicados en terrenos particulares, que hoy supondrían una importante fuente de ingresos, eso tampoco se nos compensa», lamenta Granda.
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