Una jornada memorable.-
Un año más los mozos de Riaño celebraron el día del capilote y lo hicieron de la mejor manera que saben disfrutando y haciendo disfrutar a todos los asistentes. Acompaño el tiempo en un día primaveral que tuvo de todo y a su debido tiempo. A primera hora un día primaveral que a medida que fue pasando la mañana se fue "encapotando" para llegar a medio día con un bochorno que apenas podían aliviar las sombras de las plazas. La tarde trajó la tormenta, poco más de media hora en que hizo acto de presencia la lluvia y hasta el granizo, lo justo y necesario para aliviar los calores y que dío paso a una tarde-noche explendida de colorido y temperatura.
El esfuerzo de los mozos se vio recompensado por el gran número de asistentes a la fiesta, sirva como ejemplo el que se sirvieran más de 600 comidas, y en la que destacó sobremanera la rápidez y la buena organización de los mozos.
Los actos se completaron con el tradicional desfile de los pendones del municipio y la colocación de un ramo de capilotes en el viaducto como homenaje al antiguo Riaño por la mañana, y concursos infantiles, un animadísimo pasacalles con la charanga por la tarde, para acabar la noche con una verbena, durante la cual se entregaron los premios de los distintos concursos, dibujo, fotografia, relatos etc.
Miguel Valladares
Un año más los mozos de Riaño celebraron el día del capilote y lo hicieron de la mejor manera que saben disfrutando y haciendo disfrutar a todos los asistentes. Acompaño el tiempo en un día primaveral que tuvo de todo y a su debido tiempo. A primera hora un día primaveral que a medida que fue pasando la mañana se fue "encapotando" para llegar a medio día con un bochorno que apenas podían aliviar las sombras de las plazas. La tarde trajó la tormenta, poco más de media hora en que hizo acto de presencia la lluvia y hasta el granizo, lo justo y necesario para aliviar los calores y que dío paso a una tarde-noche explendida de colorido y temperatura.
El esfuerzo de los mozos se vio recompensado por el gran número de asistentes a la fiesta, sirva como ejemplo el que se sirvieran más de 600 comidas, y en la que destacó sobremanera la rápidez y la buena organización de los mozos.
Los actos se completaron con el tradicional desfile de los pendones del municipio y la colocación de un ramo de capilotes en el viaducto como homenaje al antiguo Riaño por la mañana, y concursos infantiles, un animadísimo pasacalles con la charanga por la tarde, para acabar la noche con una verbena, durante la cual se entregaron los premios de los distintos concursos, dibujo, fotografia, relatos etc.
Miguel Valladares
1 comentario:
Bueno, me alegro de que el espíritu de esta fiesta aparezca en la prensa como el símbolo de la reivindicación de la Montaña frente a los que la han dilapidado. Si hubiera estado en esa procesión, mis capilotes hubieran ido todos al pantano lanzados con mis manos.
Saludos y calderos, digo, capilotes.
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