Soberanía: La clave de la salvación o el desahucio
ClusterFamilyOffice, 5 de Agosto de 2012
http://www.gurusblog.com/archives/soberania-la-clave-de-la-salvacion-o-el-desahucio/05/08/2012/
En esta Eurozona convulsa parece que Alemania no está explicando adecuadamente las razones por las cuales no existe un entendimiento financiero entre los países que necesitan ayuda económica y los que están en condiciones de prestarla, es decir entre periferia (más Francia) y Alemania (más apéndices holandeses y finlandeses). En términos políticos podríamos decir que Merkel no tiene un buen asesor de imagen ni un adecuado departamento de comunicación, cuyo portavoz explique claramente a la opinión pública de la Eurozona las miserias políticas de sus contrincantes italianos, franceses y españoles, o sea el afán de éstos por mantener la soberanía de sus respectivos Estados frente a un proyecto de una Europa más soberana.
Porque el entendimiento para que el bloque alemán acepte rescatar masivamente a la economía italiana y española, no depende exclusivamente de que Merkel consiga convencer a su partido o a su banco central. La pelota está más bien en el tejado latino, es decir en manos de Rajoy, Monti y Hollande y su voluntad de ceder soberanía en favor de Europa. Y eso no se está explicando adecuadamente a la opinión pública, que sigue demonizando exclusivamente la rigidez e intransigencia germánica ante la firma de un cheque que se exige que sea en blanco periférico. Pero son España, Italia y Francia los países que no están aceptando las ayudas económicas ofrecidas por Alemania (fondos de rescate, BCE, IMF…), debido a las concesiones de soberanía e intromisión en sus respectivos gobiernos que éstas conllevan.
El trío Hollande-Monti-Rajoy están forzando la situación pidiendo que lleguen los rescates centroeuropeos a cambio exclusivamente de intereses por debajo del mercado, subvencionados. Sin concesiones de soberanía, sin controles presupuestarios, en definitiva sin contrapartidas políticas, sin tener que dar explicaciones ni justificaciones a ningún extranjero. Y eso, señores, está resultando inaceptable para el bloque germánico, como es natural. Es comprensible a todas luces que quien debe rescatar financieramente a los insolventes a tipos de interés muy por debajo de los que el Mercado está dispuesto a fijar, inyectando a manos llenas su riqueza ganada por su mayor competitividad y calidad productiva, exija un control sobre la gestión económica futura. Entre otros motivos porque, desde que el Euro existe, la gestión económica de los gobiernos periféricos se ha venido demostrando desastrosa. Y por tanto un control externo exigible por parte de quien va a poner la pasta, no sólo es razonable, sino conveniente.
Dinero a cambio de soberanía. Esa es la clave que Alemania no está explicando convenientemente a la opinión pública, al menos a la periférica. Y aunque muchos europeístas por estos lares se han llenado la boca con grandilocuentes defensas de una Eurozona con un sólo cerebro y brazo ejecutivo, al estilo de los EE.UU., llegada la hora de la verdad los gobiernos de Monti y Rajoy, con la bendición de Hollande, están tensando la cuerda al máximo antes de ceder los mandos de sus respectivas políticas económicas y fiscales.
Y lo mismo o curre y va a ocurrir respecto a las negociaciones sobre el regulador bancario único, la Hacienda única o el Tesoro único europeo. Los gobiernos europeos, especialmente aquellos con mayores problemas económicos (y por tanto menor influencia política) tienen demasiados problemas identitarios -antaño imperialistas-, electoralistas y de apego al poder para aceptar una Europa soberana, lo cual implica ineludiblemente unos estados integrantes menos soberanos y de poder político mucho menor.
Además las economías fuertes no van a aceptar una Europa unida, y por tanto financieramente rescatada, sin una pérdida de soberanía de todos los integrantes, sobre todo de los menos competitivos. Sin dicha pérdida de poder, el rescate pierde todo el sentido para los rescatadores, como es lógico. No habrán cheques en blanco para seguir dilapidando ineficientemente como exigen italianos, franceses y españoles (como ya pretendieron los griegos) sino cheques cifrados y barrados con un control estricto de su uso por parte de los emisores germánicos, como debe ser.
Sin embargo Rajoy, Monti y Hollande están echando un pulso temerario a los Mercados al negarse a ceder soberanía. Siguen exigiendo dinero a cambio de nada, simplemente con la amenaza de morir matando, de ser demasiado grandes para que les nieguen el pan gratuíto y les dejen caer al abismo arrastrando a Dios y a su Madre. El problema mayor es que esta especulación político financiera que están perpetrando los gobiernos latinos de Europa, está llevando a las economías periféricas a deterioros de difícil retorno. Y cuando los dirigentes europeos en apuros económicos se vean obligados a ceder soberanía en el umbral del default al más puro estilo griego o portugués pero a lo bestia, los rescates pueden llegar ya demasiado tarde.
Quizá sea ya hora de dejar de mirar inquisitivamente hacia Alemania por dejar morir de inanición las economías periféricas, y responsabilizarles de poner en riesgo así buena parte del crecimiento económico mundial. Quizá debamos clavar de una vez la mirada en nosotros mismos que, siendo los generadores de los abusos y desmanes económicos, nos hemos llevado a nosotros y al resto de la Eurozona a esta situación límite. Y por un patriotismo malentendido nos estamos aún negando a ceder los mandos de unas naves que cada vez están más cerca del desastre.
Especular en la negociación de la cesión mayor o menor de soberanía, con las primas de riesgo por las nubes desde hace muchos meses, y con unas cifras de paro y contracción económica como las que tenemos, es cuando menos temerario. Seamos europeístas de una vez, aunque sea por el egoísmo de ser rescatados cuando todavía tenemos alguna posibilidad de sobrevivir dentro del Euro sin quebrar estrepitosamente.
La Eurozona será más Europa y menos nacionalismos de los Estados integrantes, o no será. Y esta crisis y Mr. Market nos están obligando a ello, a pobres y a ricos. Pero a pesar de ello parece que ni siquiera con esa obligación los integrantes estamos por esa labor, y el futuro de la Eurozona tendrá que pasar por encima de algunos cadáveres nacionalistas o quedar en el camino.
ClusterFamilyOffice, 5 de Agosto de 2012
http://www.gurusblog.com/archives/soberania-la-clave-de-la-salvacion-o-el-desahucio/05/08/2012/
En esta Eurozona convulsa parece que Alemania no está explicando adecuadamente las razones por las cuales no existe un entendimiento financiero entre los países que necesitan ayuda económica y los que están en condiciones de prestarla, es decir entre periferia (más Francia) y Alemania (más apéndices holandeses y finlandeses). En términos políticos podríamos decir que Merkel no tiene un buen asesor de imagen ni un adecuado departamento de comunicación, cuyo portavoz explique claramente a la opinión pública de la Eurozona las miserias políticas de sus contrincantes italianos, franceses y españoles, o sea el afán de éstos por mantener la soberanía de sus respectivos Estados frente a un proyecto de una Europa más soberana.
Porque el entendimiento para que el bloque alemán acepte rescatar masivamente a la economía italiana y española, no depende exclusivamente de que Merkel consiga convencer a su partido o a su banco central. La pelota está más bien en el tejado latino, es decir en manos de Rajoy, Monti y Hollande y su voluntad de ceder soberanía en favor de Europa. Y eso no se está explicando adecuadamente a la opinión pública, que sigue demonizando exclusivamente la rigidez e intransigencia germánica ante la firma de un cheque que se exige que sea en blanco periférico. Pero son España, Italia y Francia los países que no están aceptando las ayudas económicas ofrecidas por Alemania (fondos de rescate, BCE, IMF…), debido a las concesiones de soberanía e intromisión en sus respectivos gobiernos que éstas conllevan.
El trío Hollande-Monti-Rajoy están forzando la situación pidiendo que lleguen los rescates centroeuropeos a cambio exclusivamente de intereses por debajo del mercado, subvencionados. Sin concesiones de soberanía, sin controles presupuestarios, en definitiva sin contrapartidas políticas, sin tener que dar explicaciones ni justificaciones a ningún extranjero. Y eso, señores, está resultando inaceptable para el bloque germánico, como es natural. Es comprensible a todas luces que quien debe rescatar financieramente a los insolventes a tipos de interés muy por debajo de los que el Mercado está dispuesto a fijar, inyectando a manos llenas su riqueza ganada por su mayor competitividad y calidad productiva, exija un control sobre la gestión económica futura. Entre otros motivos porque, desde que el Euro existe, la gestión económica de los gobiernos periféricos se ha venido demostrando desastrosa. Y por tanto un control externo exigible por parte de quien va a poner la pasta, no sólo es razonable, sino conveniente.
Dinero a cambio de soberanía. Esa es la clave que Alemania no está explicando convenientemente a la opinión pública, al menos a la periférica. Y aunque muchos europeístas por estos lares se han llenado la boca con grandilocuentes defensas de una Eurozona con un sólo cerebro y brazo ejecutivo, al estilo de los EE.UU., llegada la hora de la verdad los gobiernos de Monti y Rajoy, con la bendición de Hollande, están tensando la cuerda al máximo antes de ceder los mandos de sus respectivas políticas económicas y fiscales.
Y lo mismo o curre y va a ocurrir respecto a las negociaciones sobre el regulador bancario único, la Hacienda única o el Tesoro único europeo. Los gobiernos europeos, especialmente aquellos con mayores problemas económicos (y por tanto menor influencia política) tienen demasiados problemas identitarios -antaño imperialistas-, electoralistas y de apego al poder para aceptar una Europa soberana, lo cual implica ineludiblemente unos estados integrantes menos soberanos y de poder político mucho menor.
Además las economías fuertes no van a aceptar una Europa unida, y por tanto financieramente rescatada, sin una pérdida de soberanía de todos los integrantes, sobre todo de los menos competitivos. Sin dicha pérdida de poder, el rescate pierde todo el sentido para los rescatadores, como es lógico. No habrán cheques en blanco para seguir dilapidando ineficientemente como exigen italianos, franceses y españoles (como ya pretendieron los griegos) sino cheques cifrados y barrados con un control estricto de su uso por parte de los emisores germánicos, como debe ser.
Sin embargo Rajoy, Monti y Hollande están echando un pulso temerario a los Mercados al negarse a ceder soberanía. Siguen exigiendo dinero a cambio de nada, simplemente con la amenaza de morir matando, de ser demasiado grandes para que les nieguen el pan gratuíto y les dejen caer al abismo arrastrando a Dios y a su Madre. El problema mayor es que esta especulación político financiera que están perpetrando los gobiernos latinos de Europa, está llevando a las economías periféricas a deterioros de difícil retorno. Y cuando los dirigentes europeos en apuros económicos se vean obligados a ceder soberanía en el umbral del default al más puro estilo griego o portugués pero a lo bestia, los rescates pueden llegar ya demasiado tarde.
Quizá sea ya hora de dejar de mirar inquisitivamente hacia Alemania por dejar morir de inanición las economías periféricas, y responsabilizarles de poner en riesgo así buena parte del crecimiento económico mundial. Quizá debamos clavar de una vez la mirada en nosotros mismos que, siendo los generadores de los abusos y desmanes económicos, nos hemos llevado a nosotros y al resto de la Eurozona a esta situación límite. Y por un patriotismo malentendido nos estamos aún negando a ceder los mandos de unas naves que cada vez están más cerca del desastre.
Especular en la negociación de la cesión mayor o menor de soberanía, con las primas de riesgo por las nubes desde hace muchos meses, y con unas cifras de paro y contracción económica como las que tenemos, es cuando menos temerario. Seamos europeístas de una vez, aunque sea por el egoísmo de ser rescatados cuando todavía tenemos alguna posibilidad de sobrevivir dentro del Euro sin quebrar estrepitosamente.
La Eurozona será más Europa y menos nacionalismos de los Estados integrantes, o no será. Y esta crisis y Mr. Market nos están obligando a ello, a pobres y a ricos. Pero a pesar de ello parece que ni siquiera con esa obligación los integrantes estamos por esa labor, y el futuro de la Eurozona tendrá que pasar por encima de algunos cadáveres nacionalistas o quedar en el camino.
1 comentario:
este tio es el tipico español que cree que todo lo de fuera es mejor. Me da pena
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