Pese a que inicialmente las
Juntas Vecinales eran las grandes perdedoras con la Reforma de la
Administración diseñada por el PP, las correcciones posteriores debidas
principalmente a la presión de la “calle” han dado sus frutos y a groso modo
bien podemos decir que finalmente todo se ha quedado en un mayor control de sus
cuentas por medio del Ministerio de Hacienda, algo lógico si tenemos en cuenta
que muchas de ellas no presentaban sus cuentas y en muchos casos, las que las
presentaban a través del SAM, tampoco recorrían el camino que se presumía debían
hacer.
Al final parece ser que las
Juntas mantendrán sus estatus y su patrimonio, su posible desaparición depende
de ellas mismas y de la legalidad y presentación en tiempo de sus cuentas, quedando
un poco en el aire su posible desaparición asociada a las deudas de sus
ayuntamientos, aunque también es verdad
que la propia Ley impide a los Ayuntamientos endeudarse.
Pero pensar que tras esta lucha
el peligro para las Juntas ha pasado es un error, prueba de ello, de la
importancia de las Juntas, lo tiene el papel que Diputación ha jugado todos
estos meses: presiones, juegos con
posibles subvenciones, todo ello vía diputados o de más arriba, y dirigidas a
los Presidentes de las Juntas afines para que bajaran los brazos. La
Diputación, una entidad administrativa que no es elegida directamente, sino que
depende del “mamoneo”, se ha visto con el hueso entre sus fauces y se ha visto
obligada a soltar mandíbula, pero seguro que no ha perdido el hueso de vista.
Los Ayuntamientos “han callado como putas” y han quedado en evidencia, pongamos
por caso Riaño, con el nuevo núcleo su Junta Vecinal quedó al margen de
actuación en el casco urbano, aún así su Junta Vecinal siempre ha estado receptiva
y colaboracionista con el Ayuntamiento, entendiendo como receptiva y
colaboracionista el aporte de dinero comunal para auxilio de competencias
municipales. En otros municipios las Juntas con competencias urbanas colaboran estrechamente
con su Ayuntamiento haciéndose cargos de ciertos gastos, luz, etc. Sin embargo
cuando las Juntas han necesitado el respaldo de sus Ayuntamientos estos no han aparecido, ni
presencial ni testimonialmente. ¿Deberían seguir las Juntas Vecinales subvencionando a sus Ayuntamientos?
Con el paso del tiempo se ha ido
menospreciando el papel y el poder representativo de los Presidentes de las
Juntas Vecinales, máximos representantes del colectivo de vecinos, se han visto
ninguneados por los representantes de una clase política militarista, envolviendo
a la sociedad con su propaganda, hasta el punto de dar la vuelta a la tortilla
y hacer pasar a sus representantes como representantes de los vecinos, cosa que
dista mucho de la realidad actual. Ser Presidente de Junta Vecinal es ser una personalidad con capacidad jurídica,
con facultad de gestión del patrimonio propio de la comunidad e interlocutor
vecinal en todas aquellas decisiones en las que su Junta tenga competencia. Sirva como ejemplo de su poder la paralización de las obras de concentración parcelaria en Boca de Huérgano con la presencia de varios presidentes de Juntas vecinales del Ayuntamiento.
Lo cierto es que la Diputación y SUS Ayuntamientos no se van a quedar
con los brazos cruzados tras esta “derrota”, elaboraran un plan B, sino lo han
conseguido por Ley hay otras vías para controlar los dineros y manejar los
patrimonios de las Juntas, por lo que en las próximas elecciones municipales,
con los Ayuntamientos atados, será de vital importancia sujetar a los
Presidentes de las Entidades Menores. En nuestra mano queda…la lucha continua.
Miguel Valladares
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