Los polluelos estarán más de un mes en los Pirineos antes de su traslado.
L.C. / León
Dentro de cien días volarán sobre los Picos de Europa los tres primeros quebrantahuesos reintroducidos en este hábitat, donde este animal emblemático crió hasta hace unos sesenta años, según ha declarado a Efe el jefe del proyecto, Gerardo Báguena.
En la actualidad, los polluelos están en el Centro de Cría de Quebrantahuesos en Aislamiento Humano (Criah), con una edad de 12 a 20 días, y cuando tengan cuarenta días se llevarán a un jaulón en el Parque Nacional de Ordesa, donde seguirán desarrollándose ya en un ambiente prácticamente natural y en contacto visual con otros ejemplares de la especie que pueblan la zona.
Los quebrantahuesos estarán en el Pirineo unos 40 días, para luego ser trasladados a los Picos de Europa, donde se pasarán aproximadamente un mes antes de ser liberados en el entorno de Covadonga e ir, de este modo, asentando una población estable en la Cordillera, a cuyas cimas suelen llegar habitualmente ejemplares divagantes.
Esta gran operación, encaminada a restituir un animal emblemático a las cimas montañosas de León, Asturias y Cantabria, tiene un carácter ejemplar desde el punto de vista del ecosistema, porque se efectúa con ejemplares hispanos, en lugar de hacerlo con otros procedentes de Asia, a los que se recurrido en algún otro punto de Europa.
Para llevar adelante la reintroducción ha habido que poner de acuerdo tanto al gobierno de Aragón como a los de las comunidades cantábricas -Castilla y León, Asturias y Cantabria- y al Estado, lo que en opinión de Báguena da solidez al proyecto
Durante el siglo XX, la especie se extinguió en España en el Sistema Ibérico, Sistema Central, Cordillera Cantábrica, Sierra Morena y Sistemas Bético y Penibético. En los años sesenta aún criaba en Cordiñanes (León), donde fueron abatidos los ejemplares por cazadores. “Venían hasta del extranjero a cazar los dos ejemplares emblemáticos de la fauna europea: el oso y el quebrantahuesos”, afirma Gerardo Báguena, quien se emociona al describir a la belleza de este ave magnífica de casi tres metros de envergadura, unos seis kilos de peso y tonos que van del blanco al negro pasando por el anaranjado.
Para juntar los tres polluelos en el Criah, la Fundación Quebrantahuesos ha trabajado duro, porque este invierno ha sido particularmente difícil por las nieves. Tras años de estudio, la Fundación tiene prácticamente controlados los nidos pirenaicos en los que se pierde tradicionalmente la cría, “en un 40 por ciento de ellos el fracaso es predecible”, según Báguena.
La actuación consiste en rescatar esos embriones para proceder a criarlos de forma artificial, método que la Fundación ha copiado de intervenciones científicas similares llevadas a cabo con el Cóndor de California y el Andino.
Las nieves y otras circunstancias han dificultado este año la recogida de embriones, de modo que al llegar a la nidada la han encontrado inútil. Se han hecho cinco intervenciones, en el Parque de Huara y la Jacetania, y sólo ha habido dos exitosas, de las que se han recuperado tres embriones.
Los polluelos están siendo educados en este momento con señuelos, para evitar al máximo el contacto humano directo. Dos de ellos están perfectamente y un tercero está saliendo de una enfermedad.
En la actualidad, los polluelos están en el Centro de Cría de Quebrantahuesos en Aislamiento Humano (Criah), con una edad de 12 a 20 días, y cuando tengan cuarenta días se llevarán a un jaulón en el Parque Nacional de Ordesa, donde seguirán desarrollándose ya en un ambiente prácticamente natural y en contacto visual con otros ejemplares de la especie que pueblan la zona.
Los quebrantahuesos estarán en el Pirineo unos 40 días, para luego ser trasladados a los Picos de Europa, donde se pasarán aproximadamente un mes antes de ser liberados en el entorno de Covadonga e ir, de este modo, asentando una población estable en la Cordillera, a cuyas cimas suelen llegar habitualmente ejemplares divagantes.
Esta gran operación, encaminada a restituir un animal emblemático a las cimas montañosas de León, Asturias y Cantabria, tiene un carácter ejemplar desde el punto de vista del ecosistema, porque se efectúa con ejemplares hispanos, en lugar de hacerlo con otros procedentes de Asia, a los que se recurrido en algún otro punto de Europa.
Para llevar adelante la reintroducción ha habido que poner de acuerdo tanto al gobierno de Aragón como a los de las comunidades cantábricas -Castilla y León, Asturias y Cantabria- y al Estado, lo que en opinión de Báguena da solidez al proyecto
Durante el siglo XX, la especie se extinguió en España en el Sistema Ibérico, Sistema Central, Cordillera Cantábrica, Sierra Morena y Sistemas Bético y Penibético. En los años sesenta aún criaba en Cordiñanes (León), donde fueron abatidos los ejemplares por cazadores. “Venían hasta del extranjero a cazar los dos ejemplares emblemáticos de la fauna europea: el oso y el quebrantahuesos”, afirma Gerardo Báguena, quien se emociona al describir a la belleza de este ave magnífica de casi tres metros de envergadura, unos seis kilos de peso y tonos que van del blanco al negro pasando por el anaranjado.
Para juntar los tres polluelos en el Criah, la Fundación Quebrantahuesos ha trabajado duro, porque este invierno ha sido particularmente difícil por las nieves. Tras años de estudio, la Fundación tiene prácticamente controlados los nidos pirenaicos en los que se pierde tradicionalmente la cría, “en un 40 por ciento de ellos el fracaso es predecible”, según Báguena.
La actuación consiste en rescatar esos embriones para proceder a criarlos de forma artificial, método que la Fundación ha copiado de intervenciones científicas similares llevadas a cabo con el Cóndor de California y el Andino.
Las nieves y otras circunstancias han dificultado este año la recogida de embriones, de modo que al llegar a la nidada la han encontrado inútil. Se han hecho cinco intervenciones, en el Parque de Huara y la Jacetania, y sólo ha habido dos exitosas, de las que se han recuperado tres embriones.
Los polluelos están siendo educados en este momento con señuelos, para evitar al máximo el contacto humano directo. Dos de ellos están perfectamente y un tercero está saliendo de una enfermedad.
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