15/03/2010
Diario de León
La demora de años que padece el proyecto del complejo de ocio invernal de San Glorio ha provocado el desánimo entre los alcaldes de la montaña oriental leonesa. Han pasado de la seguridad absoluta a la duda razonable sobre la viabilidad de estas instalaciones, aunque agotarán todas las vías posibles antes de renunciar a ellas. «Dinero no tenemos, pero aquí estamos dispuestos a hacer lo que haga falta para conseguir San Glorio», manifestó uno de los regidores.
Son varios los representantes locales que temen el dictamen de la Unión Europea. Sobre todo porque son conscientes del sentido en el que se están pronunciando los magistrados respecto al proyecto. «Y si un juez aquí ya está poniendo impedimentos, hay que imaginarse lo que pueden pensar en Bruselas». Se da la circunstancia de que Europa lleva más de un decenio invirtiendo fondos comunitarios en la conservación de la biodiversidad de esta zona, enclavada en el límite del Parque Nacional de Picos de Europa, y en la recuperación de especies en peligro de extinción como el oso pardo y el urogallo cantábricos. «Lo de siempre, aquí manda más un oso que un humano».
Otra de las dudas que pesan sobre los alcaldes se refiere a los promotores. Los ayuntamientos se preguntan si los constantes obstáculos con los que se está encontrando el proyecto no obligarán a desistir a los empresarios que pretenden poner en marcha la estación de esquí. «Nosotros tenemos los deberes hechos», afirmaron fuentes de Tres Provincias. Desde la sociedad que quiere invertir cien millones de euros en este proyecto explican que «ahora todo depende de la Junta». La empresa, que subraya su compromiso con el proyecto pese a las luchas de poder dentro del grupo familiar, está pendiente de que se resuelva el papeleo para presentar a Bruselas el proyecto técnico, al que por otro lado se oponen frontalmente los grandes grupos conservacionistas del país, entre ellos Greenpeace y Ecologistas en Acción.
Un macroproyecto. No en vano, San Glorio sería una de las estaciones invernales más importantes de España con 50,6 kilómetros esquiables en cotas de entre 1.520 y 2.420 metros. Se prevé desarrollar el complejo de ocio en cuatro fases. Dará 350 puestos de trabajo directos y 2.600 inducidos. Los promotores prevén un millón de visitas al año, lo que fijará una afluencia diaria de entre 4.000 y 5.000 esquiadores y medio millón de visitantes más fuera de temporada, puesto que se pretende realizar un aprovechamiento del área los doce meses del año. Para ello están previstas instalaciones como un observatorio astronómico o actividades como rutas a caballo, hidropedales, tiro con arco, puente tibetano, etcétera. Ocuparía 1.500 hectáreas y tendría 48
Son varios los representantes locales que temen el dictamen de la Unión Europea. Sobre todo porque son conscientes del sentido en el que se están pronunciando los magistrados respecto al proyecto. «Y si un juez aquí ya está poniendo impedimentos, hay que imaginarse lo que pueden pensar en Bruselas». Se da la circunstancia de que Europa lleva más de un decenio invirtiendo fondos comunitarios en la conservación de la biodiversidad de esta zona, enclavada en el límite del Parque Nacional de Picos de Europa, y en la recuperación de especies en peligro de extinción como el oso pardo y el urogallo cantábricos. «Lo de siempre, aquí manda más un oso que un humano».
Otra de las dudas que pesan sobre los alcaldes se refiere a los promotores. Los ayuntamientos se preguntan si los constantes obstáculos con los que se está encontrando el proyecto no obligarán a desistir a los empresarios que pretenden poner en marcha la estación de esquí. «Nosotros tenemos los deberes hechos», afirmaron fuentes de Tres Provincias. Desde la sociedad que quiere invertir cien millones de euros en este proyecto explican que «ahora todo depende de la Junta». La empresa, que subraya su compromiso con el proyecto pese a las luchas de poder dentro del grupo familiar, está pendiente de que se resuelva el papeleo para presentar a Bruselas el proyecto técnico, al que por otro lado se oponen frontalmente los grandes grupos conservacionistas del país, entre ellos Greenpeace y Ecologistas en Acción.
Un macroproyecto. No en vano, San Glorio sería una de las estaciones invernales más importantes de España con 50,6 kilómetros esquiables en cotas de entre 1.520 y 2.420 metros. Se prevé desarrollar el complejo de ocio en cuatro fases. Dará 350 puestos de trabajo directos y 2.600 inducidos. Los promotores prevén un millón de visitas al año, lo que fijará una afluencia diaria de entre 4.000 y 5.000 esquiadores y medio millón de visitantes más fuera de temporada, puesto que se pretende realizar un aprovechamiento del área los doce meses del año. Para ello están previstas instalaciones como un observatorio astronómico o actividades como rutas a caballo, hidropedales, tiro con arco, puente tibetano, etcétera. Ocuparía 1.500 hectáreas y tendría 48
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