CAMPO CIUDAD UN CASTRO INÉDITO EN EL MACIZO DE PEÑACORADA
Eutimio Martino-Siro Sanz
Siguiendo la estela del nombre “Campo Ciudad”, este castro, del cual no tenemos constancia de otros estudios ni campañas de prospección o excavación, fue descubierto y prospectado visualmente el pasado 23 de marzo.
Se ubica en la cara sur del macizo de Peñacorada, en las coordenadas UTM ED 50 siguientes: X 33138.45, Y 4741255.07. Al Norte de Campo Ciudad, se yergue el Pico Corbero, al Este Peñacorada y al Oeste el pico Valdelagua. En el circo formado por estas tres eminencias calizas se dispone el recinto castreño construido en las últimas terrazas que forman las curvas de nivel de un monte de 1400 m de altura situado entre el Arroyo del Hoyo, (en 1547 Hoyo del Barrio) y el Arroyo de la Bita. Es difícil definir la extensión exacta del recinto castreño al que calculamos una superficie aproximada de 1 ha.
El castro tiene forma irregular, y se adapta a lo abrupto terreno con dirección Norte-Sur, se reconoce sin embargo una forma oval en la parte superior al Norte y, en la parte inferior del recinto hacia el Sur, adopta la forma de quilla de barco siguiendo las curvas de nivel. Por el Este, aprovecha como defensa los fuertes escarpes calizos, reforzados por muralla aún reconocible en algunos tramos. Al Oeste del recinto inferior, la parte más accesible, existe un tramo de muralla recto de unos 100 m de largo por 2,50 m de ancho. En la parte superior aparece otro tramo de muralla de unos 50 m en forma de arco con una anchura aproximada de 2,30 a 2,50 m. Las murallas presentan un paramento exterior y otro interior, construidos con piedras de mediano tamaño y forma irregular, aunque algo careadas hacia el exterior. El espacio interior entre ambos paramentos va relleno de piedra menuda, no se distinguen restos de ningún tipo de argamasa.
Todos los tramos de muralla reconocidos, están desmochados hasta su raíz, en la ladera oeste el derrumbe forma un amplio canchal.
En la parte superior del recinto, a unos 60 m, fuera de la muralla, se observan algunas estructuras tumuliformes de piedra, existiendo entre ambas unos 8 m de separación. Reconocemos un posible acceso al recinto por el Oeste, donde el castro remata en una especie de acrópolis. La puerta tiene unos 5 m de ancho, la unión en este punto de la muralla del recinto inferior con la muralla del recinto superior traza una especie de clavícula, un elemento típico de la entrada de un castro, que contribuía previsiblemente a la defensa de la puerta.
En un documento de 1182, Fernando II, concede a la iglesia de Santiago de Compostela, la de Santo Tomás con todo el realengo de Quintana de la Peña, en ese documento se citan numerosos términos de Peñacorada, entre ellos Civitatem. Otro documento, éste de 1542, en el pleito entre el concejo de Valle de las Casas y Almanza, otra vez se cita a Campo Ciudad como un lugar donde se encuentra el arca ó mojón de tres jurisdicciones: La de Lomas perteneciente a los Prado, la del Valle perteneciente a la Marquesa de Alcañices y, la del Marqués de Astorga. Si establecemos una jerarquía entre los castros del entorno de Peñacorada, éste de Campo Ciudad es uno de los más importantes, equiparable al de la Cildad de Vegamediana. Su dominio estratégico sobre las vegas del Cea y Esla es de reseñar. No perdamos tampoco de vista, los caminos que circunvalan el macizo de Peñacorada, la cueva de Lomas, el castro de Robledo y las lápidas encontradas en la Iglesia de San Pelayo de ese pueblo. Quizás estemos más cerca del castro del cual proceden los Deobrigi (los de Deobriga, la ciudad de Dios) dedicantes de la lápida de Dovidero hijo de Ampáramo.
Un estudio más amplio, en el cual se desarrollará la toponimia tan especial de la zona, y las implicaciones históricas que se intuyen del estudio de este novedoso castro, será publicado en la Revista Comarcal de Riaño, cuando los promotores de este interesante medio de difusión comarcal lo tengan a bien.
9 comentarios:
Sobre ortofoto, yo diría que ocupa una superficie de media hectárea, no una.
Las coordenadas, según IBERPIX, serían: 330928,4741359, en el centro aproximado del recinto, si no me equivoco.
Con gafas anaglifas, se puede apreciar, en "falso 3D", en esta dirección del SIGPAC:
http://www.ign.es/3D-Stereo/?sidioma=es&xy=330652,4741078,330986,4741228&SRS=EPSG:25830&lyr=1
¡Bien por Siro!
Martino ha dejado la filosofía para dedicarse a la historia y Siro no es arqueólogo es historiador. ¿Qúe derecho tienen a estudiar los castros? que se ocupen de lo suyo.
Un arqueólogo cabreado.
Tienen todo el derecho del mundo, para eso se lo patean, sino es por gente como esta que ibais a estudisr los arqueologos (cabreados) de sofa.
Hombre ya salió el arqueólogo de turno y además cabreado, unos señores que hacen historia y arqueología de gabinete.Para ejemplo de lo que trabajan los arqueólogos, (los de León se entiende)Martino ha dicho muchas veces de ellos, que llevan dando vueltas al mismo ladrillo de Lancia, 120 años. ¿Y que ha pasado con los Principia de León?, pues nada que por la ineptitud de los arqueólogos de la junta ahora su conservación depende de la decisión de un Juez. ¿Y el desastre de la Torre de Boca de Huérgano? y, y, y,
Martino y Siro, hacen mucho trabajo de campo, preparan sus charlas y ponencias, publican. Que yo sepa el Sr Valladares tampoco es arqueólogo, y hasta ahora es el único que ha bajado la mano y ha investigado el campo virgen de los túmulos de la Montaña Oriental, lo publica y también se prepara sus conferencias.Don Evelio de Riaño ha trabajado mucho la historia de su villa y creo que tampoco es historiador, pero ha aportado todo lo que ha podido. Alguna lápida vadiniense ha regresado a su tierra últimamente, por el interés de anónimos en el patrimonio e historia de su lugar de origen.
¿Arqueólogo Cabreado? yo más bien creo que es un arqueólogo envidioso y vago.
¿Cómo alguien se puede poner tan nervioso porque otro ha encontrado un montón de piedras de hace dos mil años que tienen toda la pinta de ser una construcción defensiva cántabra (que luego, igual no)?
Otra cosa es que se hubiese puesto don Siro a hacer una cata por su cuenta, que hubiese encontrado una bifaces y se la hubiese quedado para sí o, lo que es peor, se hubiese callado lo de Campo Ciudad, Cidad o Cildad de Peñacorada. Pero no es el caso. Lo único que hacen el curilla y él es alegrarnos de vez en cuando con una noticia de estas.
Eso sí, la próxima vez que vea a un arqueólogo mirar al cielo, juntar las cejas y asegurar “Esta tarde, llueve”, le voy a decir “¡A ver, mendrugo!, ¿tu eres arqueólogo o meteorólogo? Metete en lo tuyo, hermoso.”
Por si acaso no mováis mucho las piedras que tal y como se está poniendo el patio lo mismo en un par de meses tenemos que volver a echarnos al monte cual vadinienses huyendo de las huestes romanas.
IiiiiiiiiiiiiJuuuuuuuuuuJuuuuuuIiiiiiiiiiiiiiii
La envidia siempre fue un pecado capital.
En tiempos descreidos como estos en los que vivimos, no se habla de pecado pero por lo que se ve la envidia sigue existiendo, nuestro cabreado arqueologo parece un torero de salon que le da cague salir al ruedo, pero menosprecian las faenas de los demás. En mi modesta opinion arqueologo es el que investiga sobre el terreno y sube a 1400 m. intrigado por un toponimo como Siro o el P.Eutimio.
No se es arquologo por tener un "titulin" y fardar de el en las cafeterias o en los foros o en un blog.
Querido amigo cabreado (por que el sustentivo arqueologo no te pega), creo que te han dicho lo suficiente mis antecesores como para que te quedes mas seco y callado que la momia de Tutankamon (supongo que te sonará).
Ojalá proliferasen mas los Eutimios y los Siros y menos los envidiosos afectados de "titulitis".
Un saludo para todos menos para UNO.
Fdo.: Un deobrigo del Toral
Publicar un comentario