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07 junio, 2010

DOCE INFORMES CIENTÍFICOS DESACONSEJAN LA ESTACIÓN DE ESQUÍ DE SAN GLORIO

Doce informes científicos desaconsejan la estación de esquí.
07/06/2010 Marco Romero | Boca/Velilla

No es compatible.
Francisco Purroy, Raquel Alonso y Marta García, de la facultad de Ciencias Ambientales de León, aseguran que la captación de agua afectaría a dos hábitats protegidos por la UE. La estación de esquí destruiría los valores geomorfológicos del Espigüete, las Agujas de Cardaño y la vertiente sur del Curavacas. El cambio supondría una previsible degradación irreversible de la biodiversidad, incompatible con los objetivos del PORN y con el artículo 2 de la Directiva de Hábitats.

Sin evaluar.
Estanislao de Luis Calabuig, catedrático de Ecología, recuerda que no se ha realizado ninguna evaluación del impacto que esta estación de esquí y sus infraestructuras urbanísticas asociadas van a tener sobre las especies protegidas por las leyes españolas y por la Directiva de Hábitats. Añade que el cambio climático va a hacer difícil la práctica del esquí en esta zona en el futuro próximo y aventura que las afecciones al oso pardo van a ser irreversibles.

Pérdidas irreparables.
José Ramón Obeso, José Luis Tella, Juan Moreno, Mario Díaz Esteban, Emilio Barba y Xavier Ruiz Gabriel, doctores en biología y científicos del CSIC, subrayan que la estación dependerá de nieve artificial, consumirá má energía y contaminará más. Las infraestructuras afectan a amplias extensiones y conllevan pérdidas irreparables de biodiversdidad.

Grandes pérdidas.
Paola Laiolo, investigadora contratada por la Estación Biológica Doñana, del CSIC, alerta sobre la pérdida de herbáceas, del proceso de polinización, la diversidad de aves y el aumento de la predación.

Incoherencia.
Margarita Costa Tenorio, de la Universidad Complutense de Madrid, enumera hasta once tipos de hábitas protegidos por la UE presentes en esta zona. El grueso de su informe consiste en destacar la incoherencia entre los objetivos del parque y la pretendida infraestructura.

El oso.
Ignacio Doadrio Villarejo, del CSIC, y Francisco Purroy, subrayan que los valles que rodean Tres Provincias son «zonas de máximo valor de reproducción y crianza» de los grupos familiares y de alimentación de abril a octubre y corredor de comunicación de mayor interés.

Zonas de cría.
Fernando Hiraldo, director de la Estación Biológica de Doñana, concluye en su informe que una estación de esquí «afectaría negativamente a las zonas de cría, alimentación y celo de la población oriental y también al corredor que asegura su comunicación». n Perdiz pardilla. Mario Quevedo, de la Universidad de Oviedo, y Alberto Fernández, investigador contratado del CSIC, concluyen que el mayor núcleo de perdiz pardilla ibérica se vería afectado de lleno por la estación, puesto que no podría ser aliviado por medidas correctoras ni compensatorias e hipotecaría su viabilidad en toda la cordillera. n Excepcional. Emilio Puente García, profesor titular de botánica de la Universidad de León, asegura que el entorno de Tres Provincias es uno de los mejores paisajes de montaña con valores únicos y excepcionales, tanto florísticos como vegetacionales. n Endémico. Hlios Sainz Ollero, de la Universidad Autónoma de Madrid, informa que el gran número de plantas raras y amenazadas de extinción que se acantonan en estas montañas resulta de extraordinario valor biogeográfico. Se trata de vegetación en una situación ambiental precaria y depende para su subsistencia de aspectos microecológicos (turberas, fuents y nacederos, ventisqueros, enclaves umbrosos y repisas húmedas).

Irreversible.
Emilio Virgós Cantalapiedra, de la Universidad Rey Juan Carlos, confirma que la estación afectará a la zona osera y vulnera la Directiva de Hábitats. La afección, también en su opinión, será irreversible y no se podrá subsanar con medidas correctoras. «Por ello se considera absolutamente incompatible esta estación de esquí con los valores naturales que alberga una de las mejores zonas de montaña del sur de Europa».

Efectos.
César Rodríguez Ruiz, de la asociación Ríos con Vida, indica que la estación contraviene los principios y objetivos del parque natural y alerta sobre las especies de vertebrados e invertebrados ligadas al agua que están protegidas por la Directiva de Hábitats. Recuerda que las cabeceras fluviales están vedadas precisamente por su importancia como recursos de reproducción y alevinaje. La estación produciría «una afección irreversible hacia la flora vinculada al agua y de invertebrados como la trucha común».

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