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26 abril, 2012

GUERRA DE DEGENERADOS LEONESES: ULIBARRI Vs MARTÍNEZ NUÑEZ; DIARIO DE LEÓN Vs LA CRÓNICA DE LEÓN

Gürtel mantiene viva la guerra cainita entre los caciques de la prensa leonesa

Redacción.- 26/04/2012

Es un enfrentamiento a sangre y fuego, pero negro sobre blanco, en las páginas de la prensa. Más de tres años después, los constructores leoneses José Luis Ulibarri (Begar) y José Martínez Núñez (Teconsa) siguen tirándose a la cabeza los coletazos del Caso Gürtel. En su particular batalla, además, se da la circunstancia de que utilizan sus propios periódicos, El Diario de León y La Crónica de León, respectivamente, para arrearse sin pudor a diestra y siniestra.

En lo que va de año, ambos rotativos han publicado con especial énfasis las últimas novedades del Caso Gürtel. Lógicamente, cada diario eleva a categoría de noticia aquellos hechos del proceso que afectan a la parte contraria. Pura imparcialidad. El tratamiento objetivo y veraz que cabe esperar cuando los propietarios de un medio, en este caso los dos periódicos que se disputan la influencia en León, tienen otros intereses en juego al margen de los puramente periodísticos.

De esta manera, El Diario de León ha recogido con gran atención la evolución judicial de José Martínez Núñez y su hijo José Luis Martínez Parra en las últimas fechas. Y oportunidades no han faltado, ya que los propietarios de Teconsa han sido objeto de noticia en estos meses por su implicación en una deriva de la trama Gürtel en Castilla y León, relacionado con la construcción de una variante de carretera por encargo de la Junta, o por la visita del Papa a Valencia en 2006.

Del otro lado, La Crónica de León tampoco deja pasar la oportunidad para ajustar cuentas con su enemigo declarado y a la vez competidor. Y es cierto que Ulibarri da pie para ello en estos años, ya que además de pasar por la Audiencia Nacional, por el presunto pago de comisiones a Francisco Correa, también ha sido objeto de otras acusaciones y de recientes actuaciones que ponen bajo sospecha las cuentas de su debilitado emporio durante los últimos seis años.

Las cuentas pendientes entre Ulibarri y Martínez Núñez se remontan a 2006. Entonces, la guerra por hacerse con un negocio emergente que se intuía como rentable y poderoso, es decir, las licencias de la televisión digital, sirvió como excusa para sacarse los colores en sus respectivos periódicos. Al cabo de unos años firmaron las paces, no hacerse más daño gratuito, pero los garrotazos han vuelto por donde solían. Más fuerte y más alto. Por lo leído, sólo puede quedar uno.

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